A diferencia de otras votaciones, en las cuales lo que está en el tapete es quiénes ocuparán ciertos cargos públicos, en el plebiscito que se convocó para este domingo 2 de octubre lo que está en juego es si se refrendan los acuerdos suscritos por el Gobierno Nacional con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo – Farc-EP, que pondría punto final a más de 52 años de violencia y dolor en todo el país, o si se da un paso atrás (un gigantesco paso atrás, de acuerdo con diversos analistas), y se intentan nuevas fórmulas para alcanzar la paz tan anhelada.
Lo que, en últimas, los colombianos deciden hoy con sus votos es si comienzan a implementarse paulatinamente los acuerdos a los cuales llegaron los equipos negociadores del Gobierno y de las Farc tras más de cuatro años de diálogos, o si se desiste definitivamente de proseguir por el sendero de paz que comenzó a transitarse, que tuvo su punto culminante el pasado 26 de septiembre en Cartagena ante la mirada expectante de todo el país y la comunidad internacional, y se buscan las condiciones para intentar -una vez más – acabar una guerra fratricida que ha arrojado millones de víctimas durante más de cinco décadas.
Y podría ocurrir que la decisión sobre si continúa o no la guerra en el país esté en manos de quienes no la han vivido de manera directa, ya que la mayoría de los potenciales electores residen en el caso urbano de las principales ciudades. De hecho, lo que se ha visto a lo largo de las campañas por el Sí y por el No en el plebiscito es que numerosas víctimas directas han expresado públicamente que perdonan a sus victimarios; y aún retumba en el oído de quienes fueron testigos de excepción de la firma del Acuerdo de Paz en Cartagena los prolongados aplausos de la concurrencia cuando Rodrigo Londoño Echeverri, conocido bajo los alias de ‘Timoleón Jiménez’ y ‘Timochenko’, pidió perdón a las víctimas del conflicto por todo el dolor que causado por las Farc. Pero también hay voces -claro está – que consideran que los actos de pedir perdón y perdonar no son suficientes.
En Cartagena y Bolívar, como en el resto del país, gran parte de las campañas por los votos positivos y negativos se realizó a través de las redes sociales. Mediante Facebook, Twitter e Instagram, principalmente, los promotores del Sí y del No expresaron ampliamente las razones por las cuales optaron por una u otra opción. Para varios analistas, si el entusiasmo expresado por los cibernautas en sus campañas virtuales se traslada a los puestos de votación dispuestos por la Registraduría del Estado Civil, la votación este domingo será copiosa, pudiéndose alcanzar, en teoría, una histórica votación.
No obstante, para algunos estudiosos de los fenómenos de la cibernética, la pasión que muestran los usuarios de Internet en las redes sociales no se traduce siempre en acciones reales. Y el mejor ejemplo -dicen – fue lo ocurrido en la campaña en la cual Antanas Mockus se mostraba ampliamente victorioso en las redes pero fue luego derrotado. El día de las elecciones, el momento en que más se les requería, muchos de sus seguidores virtuales se quedaron en sus casas esperando que otros decidieran por ellos.
En esta ocasión hay una circunstancia adicional. Al parecer porque no hubo el flujo de dineros que suele darse en vísperas de las elecciones tradicionales, la mayoría de los diputados de Bolívar y de los concejales de Cartagena han dicho que votarán, que sí están en campaña, que están reuniendo a sus líderes para que acudan masivamente a las urnas, pero ello -por lo que ha podido verse – no ha sido así, al menos por parte de todos los corporados.
Por ello, aunque la mayoría de los analistas políticos y, en general, quienes siguen por afición o profesión las movidas del poder, dan por sentado que el Sí se impondrá al No, muchos creen que no está escrito -al menos – que se logre la votación requerida. Como se sabe, para que sean refrendados los acuerdos suscritos por el Gobierno Nacional y las Farc se necesita que voten por el Sí por lo menos cuatro millones y medio de colombianos.
Si el entusiasmo que se observa en las redes sociales se traduce en votos, podría decirse que es un hecho que la votación será amplia y que, además, el Sí deberá ganarle al No por una amplia diferencia.
No obstante, ahora que ha entrado al campo, y con mucha fuerza, un nuevo jugador: la lluvia que de manera intensa cae sobre la Región Caribe, nada está definido aún.
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