
Por Álvaro González Álvarez *
El abogado cartagenero Danilo Contreras Guzmán interpuso una demanda de acción popular, la cual fue admitida a principios de esta semana por el Tribunal Administrativo de Bolívar. El objeto principal de la acción es que se aclare la posible afectación a la escollera sumergida, considerada patrimonio de la ciudad (leer ‘¡Atención! Admiten demanda que busca suspender las obras de Protección Costera’).

Nuevamente varios cartageneros salieron a criticar al abogado Contreras, dando a entender que la acción popular no es más que una manera de torpedear el proyecto por un capricho personal. Nada más alejado de la realidad. Las quejas acerca de las deficiencias en los diseños y, en este caso puntual, una eventual afectación al patrimonio, no son algo nuevo como pretenden hacer ver. Estas (las quejas) se divulgaron ampliamente y con mucha anterioridad al inicio del proyecto. El problema es que nunca se solucionaron y el proyecto arrancó a pesar de las continuas advertencias. Así pues, la acción popular se convirtió en el último recurso.
El 7 de junio de 2022, Ramón del Castillo, a través de su cuenta de Twitter @RamondelCastil7, trinó: «Siempre lo mismo; construir cualquier cosa en Cartagena es una tragedia, inmediatamente se inicia la crítica y la oposición; (sic) quieren suspender la obra de protección costera (sic) la más importante que se está haciendo en Cartagena durante los últimos años; (sic) ojalá el tribunal (sic) diga NO (sic)». A lo que el exalcalde Pedrito Pereira respondió: «Así es, después de tanto esfuerzo» (y adjunta un trino del 22 de febrero de 2022 donde se muestra al expresidente Juan M. Santos anunciando la financiación de la obra). Por su parte, Harold Martínez también replicó al trino de Ramón del Castillo afirmando que «toda obra que se haga en Cartagena de importancia o no, Intentarán (sic) detenerla con cualquier argumento y escudados en “nobles propósitos”. Ya vendrán los palos en la rueda para el nuevo aeropuerto, c (sic) del Dique, obra de drenajes pluviales y mareas […]».
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Esta no es la primera vez que el señor Del Castillo hace el mismo reclamo. En febrero de este año, y a raíz de declaraciones de varios cartageneros sobre este mismo tema, escribí la nota de análisis ‘La Protección Costera de Cartagena: más preguntas que respuestas’, en donde hacía alusión a dichas aseveraciones. En mi nota escribí: «Yo entiendo que los cartageneros estén desesperados por este proyecto que es necesario. No obstante, el desespero y haberse acostumbrado a tan poco no debe nublar lo obvio: la Protección Costera fue un proyecto mal concebido y que no solucionará los problemas a largo plazo como muchos esperan. Los reclamos son de vieja data. Lo que pasa es que varios no se han enterado, ya sea porque no conocen del tema, no leen (la gran mayoría), o simplemente no les interesa. Lo cierto es que las alertas han estado ahí por años».
Sigo insistiendo en que muchos cartageneros –a lo mejor por desconocimiento de la estructuración, diseños y aprobación de este tipo de proyectos – interpretan que el exigir el cumplimiento de todos los requisitos son «ganas de joder». (Sin mencionar que los diseños fueron ampliamente criticados por expertos de varias latitudes antes de que se colocara la primera piedra). Precisamente, el abogado Contreras le aclara al señor Del Castillo: «Respetado, existen advertencias de organismos oficiales y privados señalando graves afectaciones que (el) proyecto causa a monumentos. Obra avanza sin autorización de @mincultura (Ministerio de Cultura) según lo ordena la ley. (El) Desarrollo no puede brincarse la ley y (el) patrimonio. Demanda busca adoptar correctivos». Y remata respondiéndole al exalcalde Pereira: «Los esfuerzos no pueden terminar en obras que se lleven por delante el patrimonio estimado Pedrito. No lo digo yo. Lo dicen los expertos. Nos hemos acostumbrado a la medianía».
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No podría estar más de acuerdo con Danilo. Una cosa son los esfuerzos realizados por varios actores como Pedrito Pereira para conseguir recursos de la Nación que tanto hacen falta y otra cosa es que en Cartagena se hayan acostumbrado a estructurar y diseñar proyectos y estudios de infraestructura de manera deficiente (p.ej., el Plan Maestro de Drenajes Pluviales, el Plan de Ordenamiento Territorial, el Malecón de la Ciénaga de La Virgen, la Reconstrucción del Canal del Campestre y los dos box-culverts sobre el Arroyo Matute, entre otros), los que, además, aprueban y ejecutan sin todos los permisos necesarios.
¿Por qué seguir insistiendo en normalizar la mediocridad? De repente, la gran mayoría, a pesar de los múltiples casos que hay en toda la ciudad, aún no alcanza a dimensionar las consecuencias de seguir aprobando y, lo peor, construyendo obras sin el cumplimiento de todos los requisitos de ley. Les recuerdo a los cartageneros que los permisos para los proyectos se solicitan ‘antes de’ y no ‘después de’ como es la costumbre en Cartagena. Un proyecto no puede aprobarse y menos empezar si no cumple con todos los requerimientos. No creo que sea muy difícil de entender.
Ya está bueno de que la impaciencia por solucionar los problemas siempre nos lleve a no exigir que el dinero de nuestros impuestos se invierta bien, y que nos entreguen obras bien diseñadas y de buena calidad.
Ya no hay nada que hacer respecto a las denuncias acerca de los diseños deficientes. Esa batalla se perdió. Ahora, por lo menos (y por sí o por no), los cartageneros (y toda Colombia) merecen conocer si el proyecto de Protección Costera afectará al patrimonio. No sé ustedes, pero a mi sí me gustaría saberlo.
Esto me recuerda a un maestro de obra chambón al que usualmente contrataban a hacer casi todos los trabajos en la casa de un amigo, porque cobraba barato. No había un trabajo que entregara bien. Siempre había que contratar a alguien más para que arreglara los problemas que este había dejado.
Definitivamente, en toda Colombia necesitamos más Danilos y menos Ramones.
*Doctor (Ph.D.) en Recursos Hídricos e Ingeniería Ambiental. Con licencia de Ingeniero Profesional (P.E.) en el Estado de Nueva York. Ingeniero consultor senior, investigador y docente en EE.UU. en el área de la hidrología, hidráulica, sistemas de conducción y bombeo de agua potable y residual, y sistemas de tratamiento de agua potable y residual.
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