Por Danilo Contreras Guzmán *
Luego de 200 años de vida republicana el Estado colombiano ha demostrado su incapacidad para ejercer soberanía en cada palmo del territorio. Muestra patética de lo anterior son los graves tropiezos que ha tenido la implementación del proceso de paz en la denominadas ‘zonas más afectadas por el conflicto’ que sin duda amenaza con el fracaso definitivo del esfuerzo por establecer la concordia nacional.
Otro caso que acredita la debilidad institucional en los territorios más apartados de la Nación lo representan las Unidades Municipales de Asistencia Técnica Agropecuaria -Umatas-, que son, en términos prácticos, la primera puerta del Estado que tocan los campesinos de las zonas más apartadas. Sin embargo, la queja permanente de los profesionales que prestan su servicio en estas entidades es la de considerarse las ‘cenicientas’ de los gobiernos, como también lo son en el nivel regional las Secretarías de Agricultura y la propia cartera de Agricultura en el Estado central. Una nota de El Espectador de julio de este año señala: «respecto a lo aprobado por el legislativo el año pasado, se puede decir que el sector de agricultura volvería a ser perdedor: en 2018 su destinación presupuestal había caído 20% hasta $2.3 billones. Según el proyecto actual, de nuevo habría un descenso hasta $2 billones«, lo cual provocó el airado reclamo del ministro Andrés Valencia Pinzón.
Esta tendencia ha tenido sus consecuencias. El estudio del Banco de la República ‘Evolución socioeconómica de la Región Caribe colombiana entre 1997 y 2017’ señala que «la actividad agropecuaria del Caribe redujo a la mitad su participación en el PIB regional, al pasar de representar el 14.9% de 1997 al 7.3% en 2016«.
Durante estos años de trabajo apasionante por el campo he podido constatar que los técnicos de las Umatas son verdaderos apóstoles de la agricultura, pese a las grandes precariedades a que deben enfrentarse para llevar asistencia técnica a nuestros campesinos. Cifras del Ministerio de Agricultura acreditan que en Bolívar el 79% de los productores del campo “no reciben asistencia técnica”. Así es imposible el progreso del sector.
Desde la Secretaria de Agricultura de Bolívar, con el liderazgo del gobernador Dumek Turbay, nos hemos dado a la tarea de convocar y visitar a las Umatas de todos los departamentos del Caribe colombiano para formalizar la ‘Red de Innovación de Umatas del Caribe’ como una estrategia que permita fortalecer lo que representa esa primera puerta del Estado a la que tocan los campesinos de la región. Esta iniciativa tiene asidero en la única ley aprobada por ‘fast track’ para materializar la implementación de los acuerdos de paz: el Sistema Nacional de Extensión e Innovación Agropecuaria que busca llevar la ciencia, la innovación y la tecnología a los productores del campo.
No se justifica que las Umatas no reciban ningún tipo de capacitación que fortalezca sus capacidades. El Estado debe fortalecerse donde toca y las Umatas pueden ser un punto para lograrlo.
* Abogado especialista en Derecho Administrativo y candidato a Maestría en Derecho con énfasis en Derecho Público.