Por Agustín Leal Jerez *
El pragmatismo cortoplacista con que se ha gobernado la ciudad y, últimamente, la desidia de la administración Dau, nos han llevado a lo que en el lenguaje técnico se conoce como un estrés urbano. Las ciudades se estresan, al igual que los humanos, y hay que reinventarlas.
Cuando las ciudades entran esa etapa se produce un desespero ciudadano ante la hostilidad del hábitat por los problemas de seguridad, el desempleo y la informalidad laboral; hambre y falta y ausencia de calidad de la vivienda, lo que conlleva a la promiscuidad en el núcleo familiar que, a su vez, puede conllevar a la violencia intrafamiliar e, incluso, a la prostitución adulta e infantil.
Y, sin duda alguna, el medio ambiente con su cambio climático y, en nuestro caso, la alta densidad poblacional que cada día se agrupa más alrededor de la Bahía de Cartagena y sus cuerpos de agua interiores, agravados por el pésimo manejo del espacio público, su distribución espacial y su relación con la población beneficiaria.
Ese desespero ciudadano lo hace presa fácil del populismo de derecha y de izquierda, y les relaja la moral al momento de escoger a sus dirigentes y también su función de control social, al punto que, en muchas ocasiones, ante esta situación de estrés urbano, se pone de moda el nefasto refrán: que robe, pero que haga obras.
Del lado de los mandatarios territoriales, que están sujetos a indicadores de gestión e índices de popularidad, ese desespero ciudadano por respuestas inmediatas a los problemas enunciados también les genera agonía para dar cumplimiento a sus Planes de Desarrollo y complacer a la ciudadanía para mantener su popularidad.
Esto ha convertido a los mandatarios locales en los reyes de la acupuntura y el torniquete, actuando solo para la galería donde exista la demanda ciudadana y con medidas puntuales y de corto plazo.
En estos momentos, cuando estamos a punto de conocer el Plan de Desarrollo de la administración del alcalde Dumek Turbay, los que pensamos en una transformación urbana de la ciudad y creemos que el burgomaestre tiene la capacidad gerencial para hacerlo, debemos insistir y convencer a esta Administración que lo que Cartagena espera de él es una transformación urbana, y que esto solo se logra gestionando el territorio; es decir, que no se sigan evadiendo los grandes problemas de la ciudad, para lo cual debemos formular y ejecutar los macroproyectos Sistema Bahía de Cartagena – Canal del Dique, Sistema Integrado de Transporte Público Multimodal, Recuperación Integral del Cerro de la Popa y Parque Distrital de la Ciénaga de la Virgen.
Asimismo, la renovación urbana desde Torices hasta el Alto Bosque, incluyendo el traslado del Mercado de Bazurto, la construcción de la Central de Abastos y la ejecución del Plan Maestro de Drenajes Pluviales, al igual que la búsqueda de alternativas para la ampliación y mantenimiento del Corredor de Acceso Rápido del Bosque hasta el barrio de Manga.
Por eso, ente los procesos venideros de expedición del Plan de Desarrollo 2024-2027 y de revisión del POT, todos debemos contribuir, cada cual desde el lugar que ocupe en la sociedad cartagenera, a la creación de la ciudad que todos soñamos.
Sobre todo, porque nos encontramos ante un primer mandatario distrital dinámico, proactivo y ejecutor nato.
Pero esta virtud también tiene, muchas veces, sus inconvenientes, porque la rapidez para ejecutar las obras públicas pueden adelantar la planificación a nivel integral.
Para solo dar un ejemplo.
La movilidad urbana debe ser tratada de forma holística como un problema que abarca todo el ordenamiento territorial de la ciudad y no de forma quirúrgica como se viene haciendo, arreglando vías y proponiendo la apertura y pavimentación de otras.
Uno de los grandes problemas de la movilidad urbana de la ciudad se debe a la concentración de las actividades económicas e institucionales y la localización del espacio público en la Localidad Histórica y de la Bahía.
Por esta razón, a partir del Plan de Desarrollo y del POT se debe abordar la reducción de las actividades institucionales en el Centro Histórico y no promocionar más la creación de espacio público artificial o construido en toda la Localidad No. 1.
Por el contrario, desde estos instrumentos de planeación lo que se debe impulsar es la creación de nuevas centralidades urbanas y equilibrar el espacio público, estimulando su nueva creación en la Localidad No. 3.
Hacemos este análisis para manifestar que tenemos observaciones de este tipo con la construcción del Complejo Deportivo Nuevo Chambacú, porque, además de lo expresado, también podría tener incidencia en toda la movilidad de la ciudad.
El tramo vial desde la estación de servicio Bomba del Amparo hasta la India Catalina, como se puede observar en el anterior cuadro, es el eje vial más complejo de la ciudad, donde lo que suceda en cualquier nodo de su trayectoria impacta toda la movilidad de Cartagena.
Esto conlleva a que la Secretaría de Planeación y la Oficina de Espacio Público y Movilidad, lo antes posible, deben realizar un estudio del impacto urbanístico y la movilidad que este complejo deportivo de escala distrital pueda ocasionar, para que no se convierta en una nueva centralidad comercial, de servicios y de ventas informales.
Confiamos en el equipo de gobierno de esta Administración, especialmente en el conocimiento en temas de movilidad del secretario de Infraestructura, Wilmer Iriarte, para que esta bella obra no se nos convierta en un problema más parecido al del Mercado de Bazurto.
* Abogado, especialista en Derecho Público con experiencia en Derecho Urbanístico, Ordenamiento Territorial, Contratación Estatal y Gerencia de la Defensoría Pública, entre otros temas.
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