Por Carlos Ardila González *
Definitivamente, los ‘ruidos‘ que con justificación o sin ella -con visos de veracidad o abiertamente errados – se vienen produciendo en torno al megaproyecto de protección costera, van a dejar como consecuencia, de forma inevitable, un considerable atraso en el inicio de las obras.
Pero, de acuerdo con lo conceptuado por varios analistas, pareciera que diversos actores están contentos con dicha dilación.
Lo piensan porque relacionan los ‘palos en la rueda’ que desde distintos ángulos cada cierto tiempo le ponen al proyecto, con la animadversión que contra Alfonso Hilsaca Eljadue ha mostrado el alcalde de Cartagena, William Dau Chamat.
Y, como se sabe, el burgomaestre cree a pie juntillas que detrás de la firma Proplaya está el conocido empresario, tal como en reiteradas ocasiones ha admitido públicamente (leer ‘Consorcio que ejecutará las megaobras de la protección costera le pide al alcalde Dau «trabajar en equipo»‘).
Pero todo indica que el consorcio al que la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres – Ungrd – adjudicó por cerca de $160 mil millones las obras que deberán ejecutarse entre el espolón Iribarren en El Laguito y el rompeolas 3 en el Centro Histórico, incluyendo el sistema de drenaje pluvial de la carrera primera de Bocagrande, por lo menos económicamente no se verá perjudicado con los atrasos como, al parecer, algunos pretenden.
De hecho, la firma contratista todavía no ha podido colocar la primera piedra pero sí ha incurrido en otros costos que -indefectiblemente – deberá asumir el contratante.
Entre tanto, dos recientes hechos han generado otros ‘ruidos’ y, eventualmente, nuevas dilaciones.
Por un lado, un ciudadano: José Meza Olmos, denunció la supuesta falsificación de un certificado aportado por el ganador de la licitación de las obras de la segunda fase del proyecto, según documentó el portal La Contratopedia Caribe, pero -al parecer – se trató de una acusación infundada.
Por otro lado, la Administración propone que el traslado de las rocas desde la cantera Coloncito sea por la Vía al Mar, pasando por La Boquilla, Cielo Mar, Crespo y Marbella (tras atravesar el túnel), pasando por El Cabrero y el Centro Histórico hasta llegar a Bocagrande por la Avenida Santander, pero -por lo que ha se podido establecer – es claro que esta idea retrasará el proyecto por lo menos seis meses más (leer ‘Por la Vía al Mar, desde la Ruta 90-A hasta Bocagrande, se transportarían las rocas para la Protección Costera‘).
Y hay más: ante las inquietudes expresadas por el concejal Fernando Niño Mendoza sobre la eventual afectación al patrimonio material sumergible existente en la zona, Revista Metro conoció que la Dirección de Patrimonio del Ministerio de Cultura evalúa en estos momentos el posible impacto del proyecto sobre la Escollera Sumergida de la Marina Antonio de Arévalo.
Justamente, para dilucidar esos hechos, Niño Mendoza ha propuesto una debate de control político. Lo curioso, sin embargo, es que la actual coalición del cabildo a la que pertenece el concejal conservador no le jala a dicho análisis.
* Director de Revista Metro