Es increíble la ola de críticas y señalamientos que han recibido el presidente Santos y su familia por su estadía en el Palacio de Buckingham. Muchos no soportaron ver a Santos montado en la carroza real, recorriendo el pabellón del mall entre banderas colombianas y británicas mientras 41 balas de salva sonaban desde la torres de Londres en su honor.
Esto llama enormemente mi atención, porque pareciere que a los colombianos nos molestaran las cosas buenas que nos suceden y entonces escarbamos como perros voraces hasta encontrarle un lunar a todo. Y si no lo encontramos, se lo dibujamos.
Que la costosa cartera Malletier que lució Tutina el día de la cena de gala habiendo tanta pobreza en Colombia; (si la primera dama de la Nación no podía usar una cartera de 4 millones de pesos, que estoy segura no salieron del erario, Shakira tendría entonces que andar a pies descalzos para ayudar a más niños con hambre). Que fueron vergonzosas las declaraciones del presidente Santos ante el Parlamento Inglés, porque dizque habló mal de los colombianos y de la democracia afirmando que la campaña del No estuvo basada en una estrategia de desinformación y mentira; (aquí lo único vergonzoso fue haber viciado con errores y mentiras la decisión más importante a la que nos enfrentábamos los colombianos y que definiría un conflicto armado que nos ha costado millones de vidas, tal cual como lo reconoció el gerente del No; eso sí fue un verdadero crimen contra la democracia). Que la popularidad de Santos había bajado al 24%, manifestò el pastor del No en las redes sociales; (esto no es tan bajo como cotizar a la seguridad social sobre el salario mínimo, teniendo ingresos de rey y viviendo en un palacio).
En vez de todas esas críticas deberíamos enfocarnos en resaltar lo realmente valioso de la visita. Por ejemplo, que las notas de nuestro Himno Nacional fueron interpretadas por la Guardia del Primer Batallón mientras las banderas tricolores se enarbolaban dignas y orgullosas, de tú a tú, en las astas británicas. Que Santos ha sido el primer presidente latinoamericano en ser invitado por la realeza, para aplaudirlo, para honrarlo, para ofrecerle apoyo comercial, político y económico en la consecución de la Paz. Que, más que un acto protocolario, fue el reconocimiento y el abrazo fraterno y solidario a un país que lleva cincuenta años desangrándose por la guerra y que ahora se esfuerza para lograr una Paz estable y duradera, como lo destacó la mismísima Reina Isabel.
Pero para algunos dirigentes esto genera tanta rabia que se obnubilan, y ese velo no les permite ver que no se trata de Santos (el Nobel ni siquiera fue solo por él sino por el esfuerzo de todo un país) sino de algo más grandioso y más real: de un honor que engrandece a Colombia frente al mundo entero. Porque no hemos podido sentir que Colombia es una sola; que si le va bien a Santos, nos va bien a todos, así no hayamos votado por él; así no sea de nuestra corriente política; así nos fastidie verle la cara. De la misma manera, todo el daño que orquestamos para él se revierte como efecto bumerang sobre un país. La crítica debe servir para edificar y fortalecer, no para destruir. Y esa falta de pensamiento colectivo nos ha dividido y nos ha momificado en un absurdo conflicto que nos impide avanzar.
Vale la pena, entonces, ceder a esas posturas individuales por el interés superior de unidad, pues solo así seremos capaces de construir ese sueño de País que todos anhelamos y la Paz será, por física sinergia, una consecuencia natural.
* Abogada especialista en Derecho Público y en Sociología Política.
CARLOS MARIO
Es importante recordar que los ingleses son grandes imperialistas y la señora Reina mando a la real marina inglesa tomarse a fuerza de misiles la Isla de las Malvinas en donde murieron muchos hermanos argentinos. Por otra parte el año pasado le colocaron una placa a los ingleses en el castillo San Felipe , en donde Blas de Lezo defendió a Cartagena de la Toma de piratas y en donde esa época ya teníamos a criollos que murieron en esa toma.
Para contrastar en Londres Santos y en Colombia los niños de la Guajira muriéndose de desnutrición , que mejor toma hacían los análisis de contrastes algunos noticieros.
Por último no se trata de envidia , sino que no debemos ser tan snob y ser mas dignos y respetar no solo la memoria de un país, sino las victimas del pasado , presente y futuro por parte de nuestro Nobel de Paz.