
Por Gabriel Jaime Dávila Gómez *
En momentos en que la democracia colombiana y el orden constitucional enfrentan tensiones profundas, la voz del doctor Mauricio Gaona se alza con claridad, solvencia y compromiso ético, aportando luces necesarias al debate público. Su intervención del día de ayer, en el espacio convocado por Prisa Medios en La W Radio, constituye un verdadero acto de defensa de la legalidad, el equilibrio de poderes y los principios fundamentales del Estado de Derecho.

Ese pronunciamiento debería ser materia de estudio en todas las facultades de Derecho del país, no solo por su brillantez académica y su rigurosidad jurídica, sino por su enorme capacidad de acercar el Derecho al ciudadano común. Aunque hace uso de un lenguaje técnico y profundo, Gaona logra hacer comprensibles los principios constitucionales con una claridad que interpela, orienta y educa.
Para algunos, su nombre podría parecer una figura emergente en el escenario nacional. Pero quienes hemos vivido más de seis décadas reconocemos en él el legado luminoso de su padre, el inolvidable doctor Manuel Gaona Cruz, magistrado inmolado durante la toma del Palacio de Justicia en 1985. En Mauricio Gaona, con su brillante trayectoria internacional y su vocación de justicia, resurge como un ave fénix una herencia de integridad, valor civil y amor por el Derecho.
Educado en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia, Italia y Colombia, Mauricio Gaona es Ph.D. en Derechos Humanos, con estudios en Harvard, McGill, Oxford, Cambridge, UCLA, entre otras universidades. Oppenheimer Scholar, Senior Fellow y profesor invitado en múltiples centros académicos de excelencia, ha desarrollado una voz crítica y serena, con enfoque en Derechos Humanos, Derecho Internacional, Ingeniería Constitucional y Tecnología.
Su intervención reciente es mucho más que una opinión: es una lección magistral de ciudadanía jurídica activa, un llamado al país a no extraviarse en la niebla de la arbitrariedad, y una reafirmación del valor de las instituciones en tiempos de incertidumbre.
Gracias, doctor Mauricio Gaona, por encarnar con dignidad, conocimiento y coraje un legado de justicia que ni el fuego ni el olvido han podido extinguir. En usted revive no solo la memoria de su padre, el magistrado Manuel Gaona Cruz, sino también la de todos los magistrados, servidores judiciales y funcionarios que ofrendaron su vida durante la dolorosa toma del Palacio de Justicia en noviembre de 1985. Su palabra, firme y luminosa, nos recuerda que la justicia verdadera no muere en las ruinas ni en el silencio, sino que resurge con más fuerza en quienes se atreven a honrarla con inteligencia, responsabilidad y verdad.
* Ingeniero, especialista en Contratación Estatal y en Planeación Estratégica y Prospectiva. Asesor del Despacho del Procurador General; coordinador de Asuntos Preventivos en la Procuraduría Provincial de Instrucción de Cartagena
Nota del editor: la opiniones expresadas en esta columna por su autor no comprometen a la entidad en la cual presta sus servicios profesionales.
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