
«Resistir es vivir»: Luz Marina Ramírez, ciclista, documentalista y lideresa comunitaria de la Localidad de Ciudad Bolívar en Bogotá.
Por Doris Ortega Galindo *
Cartagena es una ciudad, sin duda mágica, donde las realidades pueden superan las más cinematográficas ficciones. Y es que, precisamente, en una premier de una película en el pasado FICCI, tuve el gusto de conocer en la fila de ingreso a un personaje casi mítico de nuestra Colombia profunda, incomprendida, olvidada y sufrida.

Luz Marina Ramírez Faustino, el próximo 2 de octubre cumplirá 70 años; curso hasta quinto de primaria y no ha perdido ni un segundo en la gran carrera de su vida. Fue miembro del club deportivo “El Indomable Zipa”, del legendario ciclista Efraín ‘el Zipa’ Forero’ y del Café de Colombia, donde corrió por carreteras nacionales e internacionales; luego, dejó a un lado el ciclismo profesional, para edificar con sus propias manos su casa en Ciudad Bolívar (y también la de sus vecinos, familiares y amigos).
Pero en medio de esta lucha comunitaria donde esta mujer menudita con marcado acento interiorano, se convirtió en una “arquitecta de sueños”, empezando a grabarlo todo con su cámara, reuniendo, durante más de tres décadas, un archivo audiovisual que actualmente es un auténtico patrimonio fílmico no solo de la localidad de ciudad Bolívar, sino de toda la capital de nuestro país.
Hace una semana aceptando su invitación, me alojé en su casa en el sur, Barrio la Candelaria, en la “temida y distante” localidad de Ciudad Bolívar. De lo anterior les puedo afirmar que nunca antes me había sentido tan bien acogida e integrada en Bogotá, cuando con mi amiga “Luzma”, como le decimos todos, me puse a caminar “territorio”, de una ciudad que yo no conocía, más allá de las malas noticias que desde siempre han circundado sobre esta localidad.

Ciudad Bolívar es la Localidad número 19 del Distrito Capital de Bogotá. Se encuentra ubicada en el sur de la ciudad y está conformada por más de 300 barrios. Es la tercera localidad con mayor extensión de la ciudad, luego del Sumapaz y Usme. Fue constituida jurídicamente el 7 de septiembre de 1983 mediante el acto administrativo 14 del Concejo de Bogotá, no obstante que desde la década de 1940 sus montañas fueron pobladas paulatinamente por miles de familias, en su mayoría de origen campesino desplazados por las distintas oleadas de violencia.
Por otra parte, las dificultades del Estado para lograr una urbanización con distribución igualitaria de los recursos y las oportunidades incrementaron la estigmatización de sus habitantes, debido a las condiciones de pobreza absoluta con un impacto ambiental negativo por la explotación minera descontrolada en esta zona.

Deseo detenerme en un suceso memorable para los habitantes de esta localidad, que Luzma me relato con detalle : El 11 de septiembre de 1993, a las 4 a. m., con las estrofas del Himno Nacional de Colombia, inició el paro cívico en Ciudad Bolívar: durante 13 horas, cientos de habitantes -hombres, mujeres y jóvenes- de diferentes barrios de la localidad ( bloquearon diferentes vías (la Autopista Sur, la Avenida Boyacá, la Avenida Gaitán Cortés) para exigir atención de la administración distrital de la ciudad y respuestas a varias de las problemáticas sociales.
El paro, por así decirlo, fue exitoso, y entre sus resultados se pueden mencionar, por ejemplo, una formalización más democrática del acceso a los servicios públicos en la localidad, la propiedad de los lotes, la dignificación de la construcción de la vivienda y las mejoras en el tratamiento del agua para diferentes barrios.
De este primer avance surgieron diversas organizaciones sociales, muchas de ellas al margen de las políticas públicas y los programas institucionales, como el colegio comunitario Instituto Cerros del Sur (ICES); la sala de cine comunitario Potocine; el Movimiento de Fotógrafos; bibliotecas comunitarias como Semillas Creativas, Baúl de Letras o Letras del Sur; los festivales Ojo al Sancocho y Bogotá Colors; Museos comunitarios como El Café del Paraíso, la Escuela Comunidad ACPO VIVE, El Resbalón, y otros cientos de colectivos culturales, políticos y sociales. Y en la mayoría de estos procesos estuvo Luzma liderando el pelotón, pero ya no en su bicicleta, si no desde su gestión cultural y social.
Como aspecto a resaltar, gran parte de esa localidad fue levantada ladrillo a ladrillo por mujeres que, mientras sus esposos trabajaban, ellas construían sus viviendas.
Regresé a Cartagena con un sentimiento patrio inexplicable, sintiéndose mi corazón caribe lleno de olor y frescor de montaña; todo esto se lo debo a Luzma, la ‘ciclista’ y ‘la documentalista’ de ciudad Bolívar, la memoria visual que ha mostrado historias reales de mujeres que, como ella, le han ganado la carrera a la pobreza, la falta de oportunidades, pero sobre todo a la violencia que impera fuerte, a lo largo y ancho de esta aldea gigante llamada Colombia.
* Abogada, docente universitaria e investigadora, master en Derecho Penal y de Derecho de Familia, y doctoranda del Doctorado en Derecho y Ciencias Sociales. Defensora Pública de la Regional Bolívar, escritora y columnista.

