
Por Juan Francisco Conrado Ovalle *
No deja de ser preocupante la realidad que hoy atraviesa Cartagena de Indias en aspectos que afectan la calidad de vida y el transcurrir cotidiano de quienes habitamos el territorio, lo cual se manifiesta al observar indicadores sociales como pobreza, seguridad, movilidad, calidad educativa y atención en salud, entre otros, los cuales no muestran mejoras significativas y, por el contrario, revelan un gran deterioro, siendo imperativo tomar acciones concertadas entre los diferentes actores estratégicos involucrados a fin de formular las bases para avanzar y lograr las soluciones pertinentes.
Sin llamarnos a engaños, todos tenemos nuestra cuota de responsabilidad en lo que hoy estamos viviendo en la ciudad, y no podemos seguir en el error de considerar que haciendo señalamientos o buscando culpables se van a resolver los problemas. Ello solo contribuye a su agudización para seguir navegando en aguas turbulentas sobre una barca con una tripulación atribulada, sin destino y próxima al naufragio.
Ante este panorama no podemos sumirnos en la desesperanza y mucho menos esperar que venga un mesías y nos resuelva los problemas que hoy afrontamos. Es pertinente aterrizar en la realidad para despegar. La ruta para reconstruir nuestra ciudad es sentirnos orgullosos de ella, de su historia, de su cultura, del potencial de su gente, donde definamos y nos identifiquemos con unos principios y valores irrenunciables, entrañables; consensuando unos propósitos de ciudad y unas estrategias que rompan los esquemas tradicionales para acceder al poder y desde allí direccionar un modelo de gobierno que respete los recursos del erario para hacer tránsito hacia un desarrollo sostenible en lo social, económico y ambiental, con fortaleza institucional.
Sería necio pensar que quienes directamente han tenido una responsabilidad mayúscula en el estado de Ciudad Caótica actual puedan ser los artífices de las transformaciones necesarias, y por ello resultan inaceptables las voces que indican que “no importa que robe, con tal que haga algo”. Ello equivale a aceptar y legitimar el mal uso de los recursos del erario. En cada uno de nosotros está hacer valer el poder ciudadano, para que la multiplicación de voluntades se convierta en una realidad política insobornable y exitosa. Por ello, el llamado es a dejar la apatía y participar activamente en el acontecer político, para luego no quejarnos.
El gran reto es vencer el miedo y la indiferencia, y tener el valor y el convencimiento de ser capaces de cambiar el rumbo de la ciudad, para que ciudadanos probos, preparados y comprometidos puedan acceder a las instancias de poder donde se toman las más importantes decisiones: Alcaldía, Concejo y Juntas Administradoras Locales para el caso de Cartagena.
El empeño en las transformaciones no es tarea fácil, por ello es pertinente comenzar por conocer e identificar a algunos de los mal llamados “líderes populares o del barrio”, quienes actúan como intermediarios poniéndose al servicio de personajes que luego, en el poder, actúan en favor de sus propios intereses olvidándose de las comunidades, dándole migajas a quienes les realizan el trabajo para sus propósitos malsanos.
Para despegar y superar la hoy Ciudad Caótica señalamos la necesidad de construir de manera consensuada unos ‘propósitos de ciudad’, entendiendo como tal la fijación de unos objetivos incluyentes, orientados a transformar positivamente la ciudad, que nos permita establecer una marca o distintivo que nos identifique a nivel nacional e internacional.
Igualmente, van orientados a construir tejido social, partiendo de la participación ciudadana activa, sin imposiciones, sin distingos de ninguna naturaleza, para lograr impactos de manera inmediata así como a mediano y largo plazo, mostrando indicadores de resultados.
A manera ilustrativa podríamos señalar, entre otros, unos Propósitos Fundamentales para la ciudad:
- Educación para el desarrollo social y económico
La educación formal en sus diferentes niveles, virtual y de extensión, se considerará como elemento fundamental para superar la pobreza, elevar la productividad y competitividad de la ciudad.
Meta: Mejorar progresivamente para ubicar en 12 años la educación en las instituciones públicas del Distrito dentro de las tres mejores del país.
- Seguridad ciudadana para una convivencia pacífica
Seguridad para los ciudadanos, cualquiera que sea su actividad, condición económica y social, estableciendo estrategias como resultado de la participación activa de los habitantes en el territorio, con inversión social, programas de prevención y acción policial.
Meta: Disminuir progresivamente los homicidios y demás delitos que afectan la seguridad ciudadana, para que la ciudad sea reconocida en 12 años a nivel nacional con los tres menores indicadores en diferentes delitos.
- La cultura y el deporte como reafirmación de nuestra identidad y capacidad creativa
Fomentar y mantener una oferta cultural que estimule la creatividad y desarrolle el talento, para posesionar la ciudad como destino turístico cultural. Desarrollo integral de deportistas con visión de competencias de alto rendimiento.
Meta: Fortalecer nuestra identidad cultura y de apropiación del territorio, posesionando en los próximos seis años a la ciudad como plaza fuerte en desarrollo de eventos culturales.
Recuperar la jerarquía que tuvo la ciudad en deportes emblemáticos como el boxeo y el béisbol, impulsando otras disciplinas deportivas.
- Ciudad amigable y sostenible ambientalmente
Intervención integral para recuperar e integrar zonas verdes, parques, canales y áreas de deporte y recreación. Manejo y control de desechos.
Siembra ordenada y clasificada de plantas ornamentales, árboles nativos, frondosos y frutales, con mantenimiento permanente, en aras de mitigar las altas temperaturas y mejorar la calidad de aire.
Meta: Hacer de Cartagena en 16 años la ciudad más arborizada y de mejor paisajismo en el país. Siembra de por lo menos 400 mil árboles anuales.
- Desarrollo personal de infantes, adolescente y jóvenes
Apoyo desde la primera infancia para el desarrollo integral y formación de ciudadanos responsables.
Educación sexual y reproductiva para población escolarizada y no escolarizada, considerando factores sociales, culturales y económicos a fin de reducir los embarazos en adolescentes.
Impulsar la formación política de jóvenes, incentivándolos a participar en espacios para la transformación de su entorno y la ciudad.
Meta: Reducir en un 20% anualmente los embarazos en adolescentes.
Si somos capaces de elegir bien, escogiendo ciudadanos preparados, que generen confianza y credibilidad, sin antecedentes negativos o cuestionados, podemos en equipo comenzar a construir la ciudad que deseamos, con mejor calidad de vida para todos.
* Ingeniero industrial, docente universitario y consultor empresarial
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