
Con el argumento de que la Alcaldía de Cartagena tiene entre sus objetivos inmediatos reducir el número de víctimas fatales y lesionados por siniestros viales en el casco urbano de la ciudad, el director del Departamento Administrativo de Tránsito y Transporte -DATT, Janer Galván Carbonó, anunció que, con la autorización de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, se instalarán por lo menos 10 puntos de sistemas de detección electrónica, con cámaras para fotomultas, en sendas calles y avenidas de La Heroica.
De acuerdo con el funcionario, inicialmente se instalarán cuatro puntos de fotodetección electrónica: una en la Transversal 54, frente al colegio INEM; otra en la Avenida Pedro de Heredia, en el sector de los Cuatro Vientos; una tercera entre la Carrera 29 y la Transversal 33, en la calzada sur de la misma avenida; y la cuarta entre la Carrera 29 y la Carrera 25, en la calzada norte de dicha troncal, en inmediaciones de la glorieta de Bazurto.
Según la explicación de Galván Carbonó, lo que se pretende es mejorar la seguridad vial y la movilidad en la ciudad mediante la «instalación de sistemas automáticos, semiautomáticos y otros medios tecnológicos para la detección de presuntas infracciones de tránsito«.
De acuerdo con lo que se ha podido establecer (leer ‘Críticas a proyectos de cámaras de fotomultas en Cartagena‘), el anuncio del director del DATT causó un enérgico rechazo por parte de numerosos ciudadanos, muchos de los cuales consideran que la medida es para «recaudar más dinero y no para mejorar el tráfico en las vías» y, en todo caso, lo que servirá es para que un inversionista privado se lucre con lo que, como varios veedores ciudadanos aseguran que ocurre en Barranquilla y Santa Marta, es solo un ‘negocio redondo‘.
Además, muchos cuestionan que se privilegie la instalación de cámaras de fotomultas y no la reparación de los puntos semafóricos que aún permanecen dañados a lo largo y ancho de la ciudad.
Y, asimismo, otros califican de absurdo que se busque mejorar la movilidad mediante la instalación de cámaras para fotomultas, cuando los trancones a lo largo de las tres únicas troncales de la ciudad no permiten que los vehículos automotores transiten a grandes velocidades y, además, la mayoría de las cámaras instaladas por razones de seguridad permanecen apagadas, como lo probaría el hecho de que, según la Administración Distrital, los semáforos son objeto, de manera permanente, de acciones vandálicas, sin que las autoridades tengan capacidad de reacción para evitarlo.
.



