
Ante el execrable asesinato de la niña Alejandra Llorente y su padre Jaime Llorente, minutos después de que este la recogiera en el colegio, la ciudadanía cartagenera, a diferencia de sus autoridades, pareciera que reaccionó por fin.
El inconmensurable dolor que produjo la muerte de Alejandra, de escasos 10 años, produjo reacciones de diversa naturaleza en todos los niveles.
A través de las redes sociales, decenas de dirigentes políticos, cívicos y comunitarios exhortaron al Gobierno Nacional a implementar urgentes y efectivas acciones con el fin de enfrentar la galopante ola de violencia que sufre la Ciudad Heroica, ya que, como ha quedado demostrado, la Administración Distrital no cuenta con las capacidades para hacerlo.
«Se sabe que la inseguridad cunde en todo el país y no es, ni mucho menos, exclusiva de Cartagena«, aclaró el líder cívico Roberto de Arco Mena; «pero en todas las ciudades tratan de enfrentarla con las debidas acciones, poniendo a gente experta, capaz y con conocimiento del tema al frente de los cargos cuyas funciones sean articular con la Policía la lucha contra la criminalidad, y que además conozcan el territorio y sus habitantes, y todo el mundo sabe que ese no es -también ni muchos menos – el caso de la capital de Bolívar, donde irresponsablemente el alcalde nombró en la Secretaría del Interior a una activista que no tiene ninguna de esas condiciones, y a pesar de todas las evidencias sobre su supina incapacidad la ha mantenido en el cargo«.
Entre quienes reaccionaron por el vil asesinato de Alejandra estuvo el gobernador de Bolívar, Vicente Blel Scaff, quien, tras manifestar en su cuenta en Twitter que “duele el alma cuando la violencia supera todos límites. Como padre, colombiano y gobernador manifiesto mi profundo dolor por este inconcebible hecho de violencia”, anunció que “desde la Gobernación de Bolívar hemos dispuesto un paquete de recompensas. Nuestra Cartagena nos necesita a todos. Ahora más que nunca nos necesita a todos, A TODOS!”. Y, seguidamente, exhortó al Gobierno Nacional a que, bajo su coordinación, se desarrolle «un bloque de acciones conjuntas, cada uno desde su competencia, para rodear a Cartagena y a su gente. Devolver la seguridad a las calles, salvaguardar la vida de todos siempre será prioridad«.
También reaccionó el exgobernador Dumek Turbay Paz, quien, tras lamentar el asesinado de Alejandra y lanzar un S.O.S. por la desbordada criminalidad en Cartagena, señaló que «lo angustiante» es que no hay un solo funcionario del Distrito que tome «medidas drásticas, retenes, cero motos, cámaras de vigilancia y hasta toques de queda«, como sugirió un conocido tuitero, porque, como ha quedado en evidencia, «en Cartagena no hay gobierno, ni autoridad«.
Sobre el cruento asesinato se pronunció también la senadora Nadia Blel Scaff: «Cómo dueles Cartagena! Una pequeña acaba de morir en medio de un hecho de sicariato contra su padre, ¡ya con este son dos casos en este año! ¿Cuándo se van a tomar acciones contundentes? ¿Cuántos niños más deben morir en medio de esta ola de inseguridad que rodea nuestra ciudad?”, publicó en su cuenta en Twitter la congresista bolivarense.
Y lo hicieron los tres representantes a la Cámara por Bolívar del Partido Conservador: Fernando Niño, Yamil Arana y Andrés Montes, quienes le pidieron al ministro del Interior, Alfonso Prada, «o Prada «apoyo e intervención urgente para la situación de inseguridad que atraviesa Cartagena«.
A las 6:37 pm. de ayer, tras el lamentable suceso, la secretaria del Interior y Convivencia Ciudadana del Distrito, Ana María González-Forero, también reaccionó publicando en su cuenta en Twitter: «Estoy llena de dolor. Permítanme un rato por favor antes de reaccionar«.
A la hora de publicarse esta nota, esas dos frases de González-Forero eran aún su más reciente tuit.
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