
Por Moraima Salom Villalba *
Josefa Torres Castro (1851-1941) fue una compositora autodidacta nacida en Mompox (Bolívar), conocida con el apodo de ‘La Buhonera’ porque su oficio era vender chirimbolos y artículos de quincalla (baratijas) por las calles ardientes y arenosas de su tierra.

En el Archivo Musical de Santa Cruz de Mompox se conservan nueve obras de su autoría entre marchas y vals. Una de sus composiciones que ha tenido mayor publicidad fuera del ámbito de Mompox es ‘La Momposina’ (1928), fruto de su inspiración. Una danza para piano con aires populares. Autora también “de una delicada y hermosa marcha”, ofrecida al templo de La Concepción y estrenada para la Semana Santa de 1932.
Esta ‘Buhonera’ afrodescendiente seguramente tenía buenos discursos para anunciar y ensalzar su mercancía. Se dedicó a uno de los oficios más antiguos relacionado con la música, pues en la Edad Media eran los juglares, viajeros, trovadores y buhoneros los que tañían los instrumentos musicales. Caminaba por toda Mompox con su traje típico “silbando aires musicales, tarareándolos”.
Josefa no era una buhonera callada y tranquila. Siempre cuidó de sus composiciones y estuvo atenta a sus estrenos. Sus composiciones, representadas en el pentagrama “han resultado alegres aires criollos que las bandas han instrumentado. Estas producciones originales figuran en el elenco de las bandas de varias poblaciones”.
El nombre más modesto entre las mujeres músicas y compositoras de Mompox es el de Josefa Torres Castro. Junto a ella se encuentran las pianistas Francisca Nieto Marín, Emilia Rojas, Sara Piñeres de Martínez, Adelina Álvarez, Enriqueta Amador de Herrera, María de la Paz Blanco, Isabel Martínez Troncoso y Julia Amaris Jurado.
En Mompox existió la música indígena tocada con los instrumentos primitivos de las gaitas y con la colonización sufrió “parcial eclipse” debido a la influencia de la música española. Después progresó a través de dos siglos por eso tiene renglón privilegiado en esta materia. La música sacra (Renacimiento) española del Siglo XVI se escuchó en Mompox, durante los dos siglos posteriores, de aquello genios como fueron Tomas Luis de Victoria (1548 – 1611), Antonio de Cabezón (1510 – 1566), Cristóbal de Morales (1500 – 1553) y Francisco Guerrero de Burgos (1528 – 1599), sostiene Tomás A. Villalobos.

A principios del Siglo XIX se creó la escuela de música teórica y práctica de la Universidad de San Pedro Apóstol (1806). Luego de la independencia la música fue tomando influencias de otros países extranjeros (Italia, Francia, Alemania) y fue cambiando. Para entonces existían siete asociaciones musicales: La ‘Armonía de la Valerosa” dirigida por Leopoldo Ribón Morón, la ‘Banda 7 de Agosto’ dirigida por Juan de Dios Torres, la ‘Banda Conservadora’ dirigida por Gregorio Rodríguez, la ‘Banda Alonso de Heredia’ y ‘Armonía Sucre’ dirigidas por Rafael Iglesias, la ‘Lira Momposina’ dirigida por Julio S. Rojas y la ‘Orquesta Nuevo Horizonte’ dirigida por Andrés Villanueva.
Un ejemplar como el de ‘La Buhonera’ solo pudo formarse en un ambiente henchido de música como el que se respiró en Mompox. ‘La Buhonera” viene siendo una especie de ‘María Varilla’ (1887 – 1940) en el sentido de representar la cultura anfibia y costeña, como bien lo explicó el sociólogo, Orlando Fals Borda. La primera, una afrodescendiente, vendedora de cacharros, se convirtió en una compositora. La segunda una indígena, empleada doméstica, se convirtió en una bailadora de porro e impuso un estilo.
* Comunicadora social e historiadora
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