
De Rafael Vergara Navarro (Cartagena 13 de enero de 1948 – Cartagena 16 de agosto de 2022) se ha dicho todo. O casi todo. Que fue abogado, dirigente político, periodista, poeta, ecologista y líder de opinión. Y que con Carlos Pizarro, Jaime Bateman, Álvaro Fayad, Carlos Toledo Plata, Andrés Almarales e Iván Marino Ospina, entre otros, integró el M-19, a cuya Dirección Nacional perteneció.
Asimismo, se ha dicho que ocupó diversos cargos públicos, entre ellos -a nivel nacional – la Auditoría de la Casa de la Moneda, la Dirección de Control de Cambios Internacionales y la Dirección General del Control del Banco de la República, todos ellos en la extinta Superintendencia Bancaria; y -a nivel local – la Dirección General del Departamento Administrativo del Medio Ambiente –Damarena-, hoy Establecimiento Público Ambiental -EPA-; la Secretaría General de la Alcaldía de Cartagena; y la Dirección del Departamento Administrativo de Tránsito y Transporte –DATT– del Distrito.
Además, que sus padres fueron Rafael Vergara y Gladys Navarro, y sus hijos Pablo Camilo y Abril (nacidos en México), y Federico y Saia (nacidos en Colombia).
De igual forma se ha recordado que dedicó más de la mitad de su vida a la defensa del ambiente y, en esa línea, a la lucha frontal contra los «invasores multiestrato» y los «abogángster» -como siempre dijo – que defienden sus acciones ilegales.
Y también -claro está – se ha hablado de cómo, en los últimos días, a pesar de sus quebrantos de salud, se le veía feliz porque un miembro del M-19: Gustavo Petro Urrego, había llegado a la Presidencia de la República. Su último artículo en El Universal y Revista Metro: ‘La fuerza irresistible del amor‘, publicada el pasado sábado 14 de agosto, fue, más que una columna de opinión, una sentida y amorosa oda al sueño cumplido. En su escrito, narró cómo vivió la posesión del nuevo mandatario de los colombianos; «roto el protocolo, María José Pizarro le colocó la banda presidencial y nos conmovieron con un filial abrazo cargado de amor (…). Hubo lágrimas y emociones que revivieron al comandante del M-19, Carlos Pizarro«.
No obstante, poco se ha hablado del Rafael Vergara Navarro humano; del soñador; del hijo de un senador de la República que, muy joven, sacrificó el confort que le brindaba estar muy cerca del poder por la satisfacción de luchar por una auténtica justicia social.
Descubrir esa faceta de Rafa, como le llamaban todos en su natal Cartagena, fue justamente lo que movió a este portal, con nuestros aliados de ‘Contenidos Multimedia’, a visitarlo en agosto del 2019 y realizarle una entrevista.
En su apartamento en el edificio Eliana, en el barrio Crespo, Vergara nos contó por qué creía que, siendo el cuarto de los hijos, fue bautizado con el nombre de su papá, y por qué, finalmente, fue «el otro político» de la familia.
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De igual manera, nos habló de sus inquietudes infantiles.
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Así mismo, de la primera diferencia que tuvo con su padre.
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Y de cuáles fueron las razones por las cuales pasó de ser un clubman (un «blanquito«, como dijo), a un miembro del M-19.
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