Lo vienen advirtiendo, todos los días, cada vez con más datos que deberían prender las alarmas de todas las autoridades, los distintos medios noticiosos de Cartagena de Indias.
Lo ha advertido en reiteradas ocasiones el gobierno de los Estados Unidos, a través de su embajada en Colombia, para alertar a sus connacionales sobre la necesidad de adoptar estrictas medidas de precaución en caso de viajar a la Ciudad Heroica.
Y lo han venido denunciando, a través de las redes sociales, desde variopintos activistas hasta dirigentes cívicos, comunales, comunitarios y políticos, cada día con un tono de mayor preocupación.
Pero fue el asesinato del fiscal paraguayo Marcelo Pecci en las playas de la Isla de Barú, en la zona insular de Cartagena, lo que -¡por fin! – puso en la agenda de las autoridades nacionales el angustioso drama que padece la ciudad.
Y, claro está, fue el execrable crimen el que, tras desencadenar un impacto mediático no solo en Colombia y Paraguay sino además en los Estados Unidos y toda Suramérica, desnudó el inquietante nivel de inseguridad en Cartagena y, sobre todo, la incapacidad del gobierno distrital para enfrentar sus causas y restaurar la tranquilidad de residentes y visitantes.
De ello es ejemplo un informe periodístico de la revista Semana, que da cuenta que «las cifras no mienten y son contundentes: según información de la Policía, entre el 1 de enero y el 1 de mayo de 2022 asesinaron a 118 personas en la Heroica. Un récord de homicidios si se tiene en cuenta que el año pasado hasta el 31 de julio esa misma medición rondaba los 109 casos. Es decir, en tres meses mataron más ciudadanos que en todo un semestre del periodo anterior«.
Según el informe de Semana, «por estos días, y luego del asesinato del fiscal Pecci, Cartagena está blindada por un fuerte dispositivo de seguridad. Sin embargo, la Policía Metropolitana no quiso entregar mayores detalles sobre las estrategias a largo plazo para lograr desescalar el crimen. Semana también intentó contactar al alcalde para conocer su postura frente a los recientes hechos, pero no fue posible. Desde su despacho, señalaron que la encargada de hablar ‘de estos temas’ es la secretaria del Interior, Paola Pianeta, con quien tampoco se pudo establecer comunicación«.
«Mientras la pelota de responsabilidades pasa de un despacho a otro, Cartagena pierde poco a poco su reputación como una zona segura. La ciudad vitrina de Colombia enfrenta, en términos de seguridad, uno de sus periodos más críticos«, señala igualmente el influyente medio (leer ‘Alerta en Cartagena: la inseguridad tiene en jaque a La Heroica‘).
El día del asesinato del fiscal Pecci, el profesor universitario Miguel Garcés Prettel publicó en su cuenta en Facebook: «pilas que a este tema de la inseguridad en Cartagena sí que debemos prestarle más atención. Tanto es así, que muchos académicos venimos desde el año pasado manifestando respetuosamente al gobierno local a través de diversos medios, que el tema de la inseguridad en Cartagena tenía que ser abordado como una prioridad desde diferentes factores y actores. El caso del fiscal paraguayo asesinado en las playas de Barú, así como los más de 100 asesinatos locales de conciudadanos por sicariato en lo que va de 2022, es lamentable, repudiable y preocupante. Estos casos demuestran que la inseguridad en nuestra ciudad es más crítica de lo que pensábamos. Es hora de tomarse este asunto más en serio con unos planes, medidas e inversiones concretas a las que se le pueda dar un mayor seguimiento y control. El mundo ahora tiene la mirada puesta en Cartagena y si no se hace algo urgente en este tema y sus factores conexos, las consecuencias serán más nefastas a nivel social y económico de lo que ya es«.
Tanto Semana como Garcés Prettel, así como varios actores en otros escenarios, muestran cómo, a pesar de la gravedad del tema, para el gobierno distrital la reinante inseguridad pareciera ser un mal menor.
El hecho es que, desde el pasado 20 de enero, con la responsabilidad de «garantizar la seguridad, la convivencia y el orden público» en Cartagena, como se indica en la web de la Alcaldía, el alcalde William Dau Chamatt encargó en la Secretaría de Gobierno del Distrito a la comunicadora social, defensora de Derechos Humanos y activista de género Paola Pianeta Arango, quien venía desempeñándose como jefa de la Oficina de Prensa y Comunicaciones del Ejecutivo distrital y, a su paso por varios medios locales, se había destacado como una excelente reportera. Asimismo, por su labor en la Gobernación de Bolívar en asuntos de paz y reconciliación, la joven periodista certificó tener experiencia en temas atinentes a sus nuevas responsabilidades; y, de igual forma, por haberse diplomado en estudios de políticas públicas con énfasis en víctimas y derechos humanos, era claro que contaba -y aún cuenta – con conocimientos que le deberán ser útiles en el cumplimiento de los objetivos misionales de la dependencia a su cargo.
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