Por Rafael Vergara Navarro *
5:00 am: “¡Vergara ya vamos a bloquear!”. Con ese grito me despertó uno de los líderes de una ruta ilegal, cuando ejercía en 2008 como director del Departamento Administrativo de Tránsito y Transporte -DATT – de Cartagena de Indias y poníamos orden al transporte público de pasajeros, un tema de nunca acabar.
«¡Respete!«, repliqué con enojo; «ustedes bloquean y nosotros los inmovilizamos«. Dicho y hecho. La grúa, la Policía, los insultos: desbloqueamos y los buses al corralón. Ejercer la autoridad choca con la informalidad, la indolencia, la resistencia al cambio; el derecho a no tener derecho; pero hay avances.
Herencia de ayer entre los que protestan: mientras unos no tienen licencia, otros la poseen con múltiples comparendos. Violar la norma de tránsito, pese al riesgo que entraña, lo perciben algunos como un mal menor.
Con pocas vías y muchos carros, motos, incultura, contaminación y caos, trabajamos en cultura vial y en los pico y placa con el concepto de la pirinola: todos ponemos, todos ganamos. Disminuimos la carga vehicular al acordar con el sindicato el Día sin Taxi, lo que garantizó al conductor su derecho al descanso y amplió el mercado al disminuir la cantidad de carros circulando, con una acreción de demanda gracias al pico y placa a los particulares que gritaron y lo siguen haciendo por la restricción. El argumento del impuesto y el SOAT pagado todo el año lo enfrentamos con la obligación de disminuir las emisiones de CO2 y, obvio, regulando el rodamiento del parque automotor aumentado y los trancones. Increíble que aún no entiendan que en la movilidad también el interés general prima sobre el particular.
Donde la batalla se puso dura fue y es en el control del informal y expansivo mototaxismo, y la razón de ayer al igual que los actores son los mismos de hoy; la diferencia es que somos más con las mismas vías. Pese a Transcaribe y las mejores condiciones del transporte público colectivo, ante la ausencia de rutas el mototaxismo crece.
Recuerdo la citación a la Personería y a Alaín Ramírez, presidente de la asociación de mototaxistas, reclamándome por no ser consultados de la decisión del gobierno de Judith Pinedo de imponer los dos días sin moto. La decisión va y hoy se sigue aplicando. No se equivoque, le dije; la autoridad se ejerce, no se consulta al infractor. Se los acaba de reiterar el alcalde William Dau.
El mototaxismo es un modo de vida y ha sido una solución de movilidad estimulada por un 11.79% de usuarios del transporte, pero tiene una alta dosis de responsabilidad en el caos y accidentalidad que producen muchos de los agremiados. Hoy están registradas en el DATT 72.157 motos, sin tener en cuenta las no registradas 36 mil circulan diariamente. No todas son de mototaxistas.
Indigna el desafío de Alaín y, como ciudadano, rechazo la amenaza de paralizar la ciudad este lunes a partir de la 5 am. “La idea es bloquear Cartagena y sus áreas metropolitanas. Empezamos en Patio Portal y demás puntos me las reservo porque se filtran a las autoridades”. ¿Y el orden público y la ciudadanía qué?
* Abogado y ambientalista