
Por Carlos Ardila González *
Si hay algo que preocupa a la ciudadanía casi tanto como el avance de la pandemia del Covid-19 y el deplorable estado de la malla vial de Cartagena es que, ad portas de comenzar la temporada de lluvias, la Administración no haya hecho nada, o venga haciendo muy poco, para evitar que la ciudad vuelva a sufrir las consecuencias de nuevas inundaciones.
Por lo visto en las redes sociales y los foros de lectores de los medios locales de comunicación, inquieta que, así como ha ocurrido con innumerables calles y avenidas de La Heroica, que por física falta de mantenimiento se encuentran en un estado deplorable, suceda también con los caños, canales y, en general, el sistema de drenajes pluviales de la ciudad.
Sobre esto último, uno de los profesionales que más ha abordado el tema, tanto en su cuenta en Twitter como en varios documentados y rigurosos artículos en Revista Metro, es el ingeniero Álvaro González Álvarez, quien es doctor en el área de recursos hídricos e ingeniería ambiental, con licencia de ingeniero profesional en el estado de Nueva York, y actualmente trabaja como ingeniero de proyectos en una compañía privada de consultoría en los EE.UU., donde también se dedica a la docencia universitaria y a la investigación.
Por ello, para profundizar en el tema, y como complemento a la información que sobre las acciones que en la materia tiene previsto adelantar la Secretaría de Infraestructura del Distrito, este portal entrevistó -vía WhatsApp – al doctor González Álvarez.
Revista Metro – ¿Por qué la ciudad se inunda cada vez que llueve?
R/ Debido a varias razones: (1) un sistema de drenajes pluviales obsoleto con muy poca capacidad hidráulica, el cual, además, nadie opera y/o mantiene, desde la desaparición de las Empresas Públicas Distritales (EPD). Considero que la ciudad, a pesar de que ganó en los servicios públicos de acueducto y alcantarillado, fue condenada a su fracaso al no tener en cuenta esta importante actividad para el crecimiento urbano y la valorización de la misma; (2) nula planeación urbana, lo que fomenta la ocupación desordenada del territorio. Recordemos que el POT tiene 20 años de estar expedido y 10 años de estar vencido; (3) expedición de licencias de construcción sin una revisión exhaustiva en el componente hidrológico-hidráulico y urbanístico, al igual que no medir los impactos sobre movilidad, drenajes, transporte público, entre otros; (4) ausencia de control y seguimiento al crecimiento urbano y de una política a nivel local, departamental y nacional para el manejo urbano de las aguas lluvia; y (5) escasez en la ciudad de profesionales formados en el área de la hidrología e hidráulica con experiencia en la elaboración y estructuración de proyectos integrales para el manejo del agua lluvia.
¿Qué piensa de los diseños propuestos en el Plan Maestro de Drenajes Pluviales -PMDP – que contrató Edurbe en el año 2017?
R/ Aparte de que tiene serias falencias metodológicas en los diseños, plantea unas ampliaciones puntuales a unos segmentos o tramos de algunos canales de la ciudad que realmente no solucionan el problema a mediano y largo plazo. Lo triste es que se invirtieron $7.500 millones solo en los diseños, los que hay que revisar nuevamente, no solo porque fueron aprobados hace tres años, sino porque, como decía anteriormente, tienen sendas falencias y los productos entregados son de pobre calidad comparado, por ejemplo, con lo que uno está acostumbrado a trabajar en Norteamérica. Esto no permite realmente estructurar un proyecto de calidad en Cartagena.
Recientemente, la Secretaría de Infraestructura presentó ante MinVivienda un proyecto que incluye la construcción de un segmento de canal en el barrio El Campestre y dos box-culverts sobre el Canal Matute. ¿Qué tiene que decir al respecto?
R/ Este proyecto estuvo mal estructurado. Esto se lo dije al secretario de Infraestructura y sus asesores en una reunión a la que fui invitado ayer (13 de julio de 2021). En esta reunión participaron el secretario de Infraestructura de Cartagena (y dos de sus asesores) y personal de Findeter y la Subdirección de Proyectos de MinVivienda, en donde la Secretaría de Infraestructura socializó el proyecto ante Findeter.
¿Podría explicar qué pasó exactamente en esa reunión?
R/ Claro que sí. En realidad, he participado en dos reuniones a las que me han invitado: una el 22 de junio y la de ayer. En la primera, le mostré a la subdirección de proyectos de MinVivienda y al secretario de Infraestructura y sus asesores las falencias en el cálculo del caudal de diseño usado para el dimensionamiento del canal del Campestre hecho por la Universidad de Cartagena. Lo que noté es que la Secretaría de Infraestructura nunca revisó con la rigurosidad que se requiere en este tipo de proyectos. Solo se limitaron a presentarle a MinVivienda los diseños que Edurbe les suministró. Como resultado de esta primera reunión salió un informe que envié a MinVivienda para que la secretaría de Infraestructura adoptara varias recomendaciones a incluir en las especificaciones técnicas que habían realizado para la estructuración del proyecto, las cuales tenían falencias en el componente hidrológico-hidráulico y topográfico (incluyendo errores en la delineación de las áreas de drenaje), que es lo que yo revisé específicamente. Entiendo que MinVivienda también hizo sus recomendaciones para que la Secretaría subsanara falencias en algunos componentes presentados en esas especificaciones técnicas. La segunda reunión consistió en una socialización que la Secretaría de Infraestructura hizo ante Findeter, en donde también participó, por supuesto, la subdirección técnica de MinVivienda. Al final de esta segunda reunión, le hice nuevamente énfasis al secretario de Infraestructura acerca de lo mal estructurado que estuvo este proyecto desde su concepción.
¿Y qué va a pasar después de esas reuniones?
R/ Voy a tratar de resumir y quizá omita algunos detalles puntuales que no recuerde. Es importante primero enfatizar que la transparencia en los procesos es de suma importancia para darle tranquilidad a la ciudadanía. Infortunadamente, esto no ha sucedido en este proyecto. El secretario de Infraestructura se ha dedicado a dar declaraciones a la prensa local con verdades a medias. Cualquier cosa para ganar aplausos, aprovechando el desconocimiento de la ciudadanía en estos temas tan técnicos. Afortunadamente, la subdirección de proyectos de MinVivienda sacó un comunicado en donde aclaró en qué consistía el tal concepto favorable por el que el secretario se ufanaba. De hecho, tú publicaste algo al respecto (leer ‘Reconstrucción del canal de El Campestre, con concepto favorable, pero sin financiación‘).
Tan fácil que era decirles a los ciudadanos la verdad completa: que ellos presentaron un proyecto y que MinVivienda lo estaba evaluando. Que el dinero no estaba aprobado aún y que debían subsanarse varios aspectos a incluir en las especificaciones técnicas antes de que hubiera una aprobación de MinVivienda y la subsecuente financiación por parte de Findeter.
Como puedes ver, el proyecto estaba chueco y no se lo contaron a la ciudadanía. Por otro lado, basados en la revisión y posteriores recomendaciones que hicimos MinVivienda y yo de estas especificaciones técnicas (sumado a otros componentes y documentación adicional necesaria que le toca presentar a la secretaría de infraestructura), se sacará una licitación pública para la ejecución del proyecto. Esta licitación tiene un componente de profundización de los diseños que deberá realizar quien se gane la licitación y, además, tendrá una interventoría. Esta etapa de profundización va antes de la construcción de las estructuras hidráulicas. Es decir, que no puede ponerse una piedra sin que los diseños sean revisados y cumplan con los lineamientos establecidos en las especificaciones técnicas (cuya última versión no he visto aún y en donde se supone que la Secretaría de Infraestructura adopta las recomendaciones hechas por mí y MinVivienda). En teoría y si todo se hace bien, esto garantizará que se realice la necesaria revisión que la Secretaría de Infraestructura nunca hizo antes de presentar el proyecto ante MinVivienda. Toca esperar que quien se gane la licitación y la interventoría hagan un buen trabajo en esta etapa de profundización. Como dijo el ciego: amanecerá y veremos. Yo, como ciudadano, seguiré vigilante de este proyecto.
¿Esto solucionará los problemas de inundación en el barrio El Campestre?
R/ En lo absoluto. Esto es otro aspecto que no se le explicó bien a la ciudadanía. El segmento a reconstruir en El Campestre está enfocado en tratar de evitar que continúe la socavación en un tramo de su recorrido. Lo malo de esto es que la solución planteada (la reconstrucción de 65 metros de canal) estaba basada en unos diseños deficientes. En una modelación preliminar que realicé, demostré, por ejemplo, que el canal realmente no estaba diseñado para manejar caudal con periodo de retorno de 50 años. La sección actual es de 7 metros de ancho y la planteada inicialmente es de 10 metros. Obviamente que la capacidad del canal en ese segmento será mayor. Pero, mi punto es que no le vendan a la ciudadanía que habían diseñado un canal para un caudal de diseño de 50 años, cuando esto no es cierto, de acuerdo a la modelación que realicé. Se espera que quien se gane la licitación ayude a determinar el caudal de diseño real durante la etapa de la profundización de los diseños.
Por otra parte, el problema de las inundaciones en esa cuenca es más complejo, ya que hay unos canales aguas arriba que deben también considerarse y que no hicieron parte de la solución planteada por la Universidad de Cartagena en el contrato de Edurbe. Para solucionar las inundaciones en esa cuenca, habrá que realizar un análisis hidrológico-hidráulico mucho más robusto que permita plantear una o varias alternativas, las cuales pueden ejecutarse por fases. Así es como se estructuran estos proyectos donde hay que hacer varias intervenciones. Asimismo, aguas abajo del tramo a reconstruir está el proyecto residencial Bahía San Carlos, que sufrirá el impacto de esta ampliación, pero ese es otro tema. La revisión de eso está en manos del EPA-Cartagena, ya que, como mencionaba en un artículo publicado en esta revista, inexplicablemente dos instituciones (Universidad de Cartagena e Hidroconsultores), que tienen en común a una persona, proponen dos secciones con dimensiones distintas para el mismo tramo del canal del Campestre (leer ‘Los vericuetos de la reconstrucción del Canal El Campestre‘).
¿Y con respecto a los dos box-culverts sobre el Canal Matute?
R/ Lo mismo. Son paliativos. Obras puntuales que no fueron analizadas como un todo y su impacto en las comunidades localizadas aguas arriba y abajo de estas intervenciones. Así como en el canal del Campestre no hay una modelación hidrológico-hidráulica que ayude a determinar cómo estas comunidades se beneficiarían o, incluso, si se empeoraría el problema de inundaciones aguas abajo. La incertidumbre en estos diseños propuestos en el PMDP es alta, debido a la carencia de mucha información vital para poder estructurar estos proyectos de manera integral. Hay varias cosas a tener en cuenta en esta intervención:
- La parte media alta de la cuenca del Canal/Arroyo Matute (que queda en jurisdicción de Turbaco) es en la actualidad mayormente rural, lo cual ayuda a infiltrar gran parte de la escorrentía que termina aguas abajo (jurisdicción de Cartagena en donde la cuenca es netamente urbana con muchas zonas impermeables). La parte media alta de la cuenca no se ha urbanizado debido a que los servicios públicos en Turbaco son deficientes y esto impide el desarrollo de proyectos urbanísticos. Sin embargo, a futuro, cuando esta situación mejore, así como pasó en la zona norte de Cartagena, esta zona comenzará a urbanizarse. Esto aumentará las áreas impermeables (techos y vías) que incrementarán los caudales de escorrentía, lo que se traduce en más agua lluvia en la parte baja de la cuenca que está conformada por comunidades que, de por sí, ya están en zonas de alto riesgo de inundación. Por otra parte, y debido a que en Colombia no hay una política para el manejo de la escorrentía enfocado en la reducción de caudales provenientes de los proyectos urbanísticos, cualquier análisis que se haga para el cálculo de los caudales de diseño para esta (y todas las cuencas) tendrá que considerar escenarios futuros de urbanización.
- ¿La Secretaría de Infraestructura previó que se necesitará un plan de manejo de tránsito para el desvío necesario de vehículos que regularmente usan la Avenida Pedro Romero y el sector del barrio Las Palmeras donde se llevarán a cabo la construcción de los dos box-culverts? Sería interesante que se publicara, pues además de su alta movilidad, son rutas de transporte público de pasajeros.
- ¿Cuál es el tiempo de ejecución de la obra? No se menciona plazo alguno para estas dos complejas estructuras.
- Para el caso del box-culvert sobre la Avenida Pedro Romero, ¿se verificó si hay redes de servicios públicos adosadas al box-culvert? ¿La secretaría habló con Aguas de Cartagena al respecto? No se dice nada de esto al momento de exponer el proyecto. Los costos de traslados de redes deben ser incluidos en el presupuesto de las obras.
¿Algo más para concluir?
R/ Mientras las soluciones para el manejo del agua lluvia sigan enfocándose solo en la ampliación de canales sin atacar otros frentes como la planeación urbana (y entender las cuencas como un todo), desarrollo de una metodología unificada para el análisis hidrológico-hidráulico, inversión en redes de monitoreo de lluvia y caudal, revisiones más estrictas para la expedición de licencias de construcción y permisos de ocupación de cauces y la necesaria creación de una empresa especializada para la operación y mantenimiento de los drenajes pluviales, todo lo que se haga serán pañitos de agua tibia. Y esto no es solo a nivel local. Como le decía ayer al personal de MinVivienda: debe haber una política nacional para el manejo de la escorrentía enfocada en la reducción y aprovechamiento de las aguas como sucede en otros países. Mientras eso sucede, entidades locales como Cardique, EPA-Cartagena, Valorización, Edurbe, y las Secretarías de Infraestructura y Planeación Distrital tienen el deber moral de tomar la iniciativa. El problema, además, es que usualmente trabajan de manera desarticulada y están muy mal asesorados. En Cartagena, cada quien diseña estructuras hidráulicas como le da su gana y ocupa el territorio a su amaño. Insisto en repetir: miren las consecuencias de la desaparición de las EPD, lo cual dejó huérfanos a los drenajes pluviales de la ciudad. Los resultados están ahí a la vista de todos durante cada temporada de lluvia. Imposible esconderlo.
* Director de Revista Metro
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