Por Óscar Eduardo Borja Santofimio *
El filicidio está catalogado como el crimen que comete un progenitor contra su propio hijo. El alcalde William Dau Chamat, autoproclamado como el padre de Cartagena, se convertirá en sujeto activo de la conducta propia de filicidio, con el retórico argumento de “tu papá te quiere”, si no empieza a cuidar la ciudad, los bienes y la vida de los cartageneros como lo haría un verdadero padre.
El libro sagrado de la Iglesia nos enseña sobre el cuidado de los padres para con los hijos, de modo que un padre no puede entregar una piedra cuando su hijo le pide un pan, o una serpiente si le pide un pescado.
William Dau puede querer a los cartageneros, pero del dicho al hecho está muy distante. Es el peor de los padres: su mitomanía, su inexperiencia, su falta de programa de gobierno, están propiciando la destrucción de la ciudad, el aumento de la inseguridad, del desempleo; un manejo precario de la contingencia del Covid-19, y el caos que enfrentan los ciudadanos con Transcaribe, su transporte público.
Con todo esto nos confirma que la Administración incumple con sus deberes y, al mismo tiempo, Cartagena se consume entre desastre tras desastre y entre mentira tras mentira.
Debemos darnos cuenta que Dau no nos puede gobernar, que no solo estamos en manos de un chabacán si no que enfrentamos la peor situación de ingobernabilidad por su incapacidad y su carencia de propuestas contundentes que proyecten soluciones a corto y mediano plazo a los graves problemas que padece la ciudad.
El Estado de abandono en que se encuentra La Heroica, inmersa en la pobreza y asechada por la muerte, es el resultado de la mala gestión de un gobierno que será condenado por la historia como el peor de todos los tiempos.
Aunque siempre recordaremos su pegajosa frase, es lamentable tener que reconocer que “tu papá te quiere”, pero no te cuida.
* Abogado especializado en Derecho Constitucional y Procesal de la Universidad Libre