
Lo que les dijo el vocero del Distrito en respuesta a sus angustiosas y documentadas quejas aún no lo pueden creer.
De acuerdo con el colectivo ‘Somos Centro Histórico‘, varias calles de Cartagena (particularmente -la más reciente – la Primera de Badillo, a escasos metros del Palacio de la Aduana, la histórica sede de la Administración distrital) habían sido tomadas -literalmente – por un turismo depredador, de excesos nocturnos, prostitución y drogas, y por ello habían lanzado un angustioso S.O.S. a las distintas autoridades.
«Cada noche esta emblemática calle se llena de jíbaros, proxenetas y prostitutas, que se aglomeran sin tener en cuenta la pandemia del Covid-19«, expresaron mediante un oficio los integrantes del colectivo cívico al Distrito.
«Favorecidas por el nuevo horario de las 2:00 a.m., la delicada situación se presenta por la existencia de discotecas en la Primera de Badillo que convocan a centenares de personas, quienes, además, en su mayoría no cumplen con los protocolos de bioseguridad«, advirtieron los líderes cívicos el pasado 9 de febrero.
Como la mayoría de dichas discotecas se encuentran en zonas de uso mixto, es decir donde además hay numerosas residencias, los ruidos constantes, sobre todo a altas horas de la noche y de la madrugada, vienen causando un enorme perjuicio, sobre todo a los niños y a los adultos mayores, por lo cual reclaman la pronta atención de las autoridades.
En concepto del colectivo (integrado, entre otros, por voceros de las fundaciones ‘Cartagena al 110%, Gimaní Cultural, Centro Histórico de Cartagena, Centro de Cultura Afrocaribe, Vigía del Patrimonio Cultural, los Jagüeyes; de la Corporación para la Educación y el Desarrollo Educativo -Coreducar; de la Escuela Productora de Cine y de la Junta de Acción Comunal de Getsemaní), los horarios dispuestos por el Distrito «incentivan un tipo de turismo que no es compatible con el carácter de Patrimonio de la Humanidad y dista mucho del modelo de turismo internacional que ofrecen los centros históricos en muchas partes del mundo«.
Exactamente un mes antes: el pasado 9 enero, ante la dramática situación y con el fin de frenar las actividades ilícitas que en dichas propiedades se desarrollan, el mismo colectivo le había sugerido al Distrito que, con base en la Ley 1708 de 2014, decretara sobre ellas la extinción de dominio.
Convocados para analizar las acciones que debían ser tomadas, los directivos del colectivo ‘Somos Centro Histórico’ realizaron, vía internet, una reunión con funcionarios del Distrito, pero lo que les dijo uno de estos a manera de conclusión los dejó patidifusos.
De acuerdo con varios de los dirigentes que participaron en la reunión, al término de esta los miembros del colectivo fueron sorprendidos con una singular advertencia de un empleado del Área de Seguridad de la Secretaría del Interior y Convivencia Ciudadana.
Tras escuchar, una a una, las razones de las quejas, el funcionario distrital Víctor Elías Raad Manjarrez advirtió, perentoriamente, que quienes viven cerca de los bares y discotecas en cuestión «tendrán que acostumbrarse a convivir con estos hechos«.

El Centro Histórico de Cartagena, ¿una gran casa de citas?

El galopante crecimiento del ‘turismo depredador‘, como lo llama el colectivo ‘Somos Centro Histórico’, viene de la mano, de acuerdo con analistas, de una sofisticada publicidad que se realiza no solo a través de las redes sociales sino -incluso – en medios de comunicación convencionales, particularmente a través de sus páginas de avisos clasificados.
En algunas portales la invitación es a relacionarse con hombres o mujeres de determinado perfil o, simplemente, a buscar «la mejor web de citas en Colombia para ti«. Y en algunos casos el ‘gancho’ es -justamente – el Corralito de Piedra.
De acuerdo con fuentes estrictamente confidenciales, ese tipo de turismo se nutre -igualmente – de la oferta de menores de edad para prácticas sexuales, lo cual suele ocurrir no solo en algunos bares y discotecas sino -además – en lugares abiertos como parques, plazas y plazoletas.
.

