
Por Carlos Ardila González *
En su más reciente encíclica: Fratelli Tutti -todos hermanos – el Papa Francisco plantea que la fraternidad, la amistad y la unidad son los caminos que deberán transitarse en pro de un mundo más justo, pacífico y mejor.

“La Encíclica pretende promover una aspiración mundial a la fraternidad y la amistad social«, manifiesta Isabella Piro en VaticanNews; «todos en la misma barca y por tanto necesitados de tomar conciencia de que en un mundo globalizado e interconectado solo podemos salvarnos juntos«.
En la solemne carta que el sumo pontífice dirigió a sus obispos y, por medio de estos, a toda su feligresía, el papa advierte que “la mejor política” es la orientada al bien común poniendo como centro la dignidad humana y asegurando un trabajo digno para todos, de acuerdo con las capacidades de cada cual.
Asimismo, el Papa Francisco, en su nueva encíclica, promueve la paz y la reconciliación, y destaca el diálogo fraterno, respetuoso, deferente, como elemento clave para construir sociedad.
El mensaje del Santo Padre es difundido masivamente por la Iglesia Católica en todos los países del mundo.
En Cartagena de Indias
A nivel local, la Arquidiócesis de Cartagena lo hace a través de foros y conversatorios virtuales, como el que hoy se realiza a partir de las 6 de la tarde, moderado por el periodista Juan Gossaín Abdala, dirigido a los jóvenes de la ciudad.
A partir de las palabras del Papa, en la Ciudad Heroica convendría reflexionar sobre un hecho que, aunque notorio, pareciera no preocupar a gran parte de su dirigencia, particularmente la política y gremial.
Y es que, aunque es claro, irrefutable, sabido por todos, que entre más grave es una crisis más se debe unificar esfuerzos («remar todos la misma barca«, dijo el papa), el alcalde de Cartagena, William Dau Chamat, insiste en desunir la ciudad.
Como manifestara en reciente entrevista el activista anticorrupción Julián Quiñones, más conocido como Chulián Jackichul, el mandatario de los cartageneros no solo ha dividido a los cartageneros entre malos y buenos, entre malandrines y antimalandrines en palabras de Dau, sino que ha desunido -incluso – a sus más fervientes seguidores, y hasta a los miembros de su propio gabinete.
Como se sabe, en su campaña por la Alcaldía, pero sobre todo desde su posesión el 1 de enero de este año, el mandatario no desaprovecha ocasión para despotricar de servidores y exservidores públicos, dirigentes políticos y comunitarios, periodistas, en fin, de todo aquel sobre el cual pueda tener algún tipo de sospecha aunque ninguna prueba.
Y aunque sus blancos principales han sido el procurador, el contralor, el fiscal, los integrantes de la Rama Judicial, los concejales y algunos congresistas, entre otros, es también frecuente su alusión a otros actores a quienes -por su propensión a generalizar – acomoda en el mismo saco.
Para la reflexión
En la vía que invita a transitar la Iglesia Católica, debe recordarse que, contrario al actual, los anteriores alcaldes han propiciado la unidad de sus conciudadanos.
Carlos Díaz Redondo, alcalde del 1 de enero de 2001 al 26 de noviembre de 2003, tuvo por lema ‘La Unión es la solución‘, y dio muestras de haber pasado de la palabra a la acción con diversos actos, entre ellos haber nombrado en su gabinete a uno de sus más caracterizados contradictores.
Más recientemente, entre el 24 de mayo de 2017 y el 10 de mayo de 2018, lapso durante el cual fue varias veces designado alcalde del Distrito, Sergio Londoño Zurek, en distintos escenarios, exhortó a la unidad a los diferentes actores locales. El 11 de noviembre de 2017, desde los Emiratos Árabes Unidos, con ocasión del aniversario 206 de la Independencia de Cartagena, el mandatario interino envió un mensaje a los cartageneros recalcándoles que «quien crea que un alcalde, solo, solucionará los problemas de nuestra ciudad, está muy equivocado. Únicamente la unión de los cartageneros, empujando hacia el mismo lado, sacará adelante nuestra ciudad” (leer ‘“La unión de los cartageneros sacará adelante a nuestra ciudad”: alcalde Sergio Londoño Zurek‘).
Más recientemente aún: el 11 de mayo de 2018, en su discurso de posesión, Antonio Quinto Guerra Varela, tras expresar que «este gobierno de transición que nos corresponde presidir se destacará por la unidad«, convocó «a todas las fuerzas vivas de Cartagena: a los empresarios, a la Cámara de Comercio, a los gremios representados en Andi, en Cotelco, en Fenalco, en Acopi, al Consejo Gremial, a Funcicar, a todas las universidades privadas que tenemos en Cartagena, a la Academia, a la universidad pública de Cartagena; a los medios de comunicación (…), a los exaspirantes a la Alcaldía; los llamamos a la unidad; los llamamos a todos a gobernar conjuntamente esta ciudad» (leer ‘Con un vehemente llamado a la unidad comienza Antonio Quinto Guerra su gobierno‘).
Y desde el 19 de septiembre de 2018 hasta el 31 de diciembre de 2019, tiempo durante el cual estuvo al frente de la administración distrital, Pedrito Pereira Caballero aprovechó todos los espacios posibles para convocar a la unidad. Una vez posesionado, en su primer mensaje oficial a los cartageneros, el mandatario hizo un llamado a la unión para acabar con la polarización y así, «unidos, poder trabajar con denuedo por la Ciudad Heroica«.
«Ninguna gran hazaña ha sido lograda por un solo hombre, siempre sin importar la proporción se necesita del apoyo mancomunado de otros actores y por eso los invito a que hagan parte desde ya, de la transformación ganadora de nuestra Cartagena«, manifestó ese día Pereira Caballero.
«Seré un alcalde que promueva la unión de los cartageneros«, recalcó el nuevo burgomaestre en su discurso de posesión; «no voy a dividir, sino, a sumar. Le llegó la hora a Cartagena de superar la polarización, trabajando unidos para alcanzar los grandes retos y desafíos que tenemos que afrontar» (leer ‘Con un llamado a la unidad y a acabar con la polarización asumió la Alcaldía Pedrito Pereira‘).
Nueve meses después, en esta misma tribuna periodística, manifestamos que, si bien «Pereira no ha sido, ni mucho menos, el único dirigente local que ha exhortado a los cartageneros a unirse en torno al interés supremo de promover el desarrollo de la ciudad y el bienestar de todos, sin exclusiones de ninguna naturaleza«, había que reconocer que, en todo caso, «sí ha sido (…) uno de los pocos que lo ha hecho con el ejemplo, y ello es algo que deberán replicar quienes aspiren a gobernar a Cartagena con el decidido y necesario respaldo de todos los sectores ciudadanos (leer ‘Las acciones de Pedrito Pereira por unir a los cartageneros, un esfuerzo a replicar‘).
Hoy, lo que hay que lamentar es que ese deseo no se haya hecho realidad, y que en vez de promover la «fraternidad, la amistad y la unidad» planteadas por el Papa Francisco en su encíclica Fratelli Tutti, lo que hace el actual alcalde sea justamente lo contrario.
* Director de Revista Metro
.
