Por Carmen Lara Loaiza *
Esta situación ha dado para mucho…
Primero, nunca pensé que los de mi generación, luego de haber pasado por tantos adelantos tecnológicos hasta llegar al contacto visual en tiempo real con personas en extremos del mundo, fuéramos a sentir la embestida de una pandemia como las que leí en los libros de historia, y menos que tuviéramos que estar encuarentenados, poniendo a prueba nuestra paciencia, tolerancia, tranquilidad y capacidad de asombro…
Luego, que precisamente estos adelantos en las comunicaciones fueran los elementos que nos han permitido “pasarla mejor”, por cuanto las conversaciones grupales, los juegos virtuales, la oportunidad de empezar e interrumpir y volverse a conectar con una película, lo estamos practicando a seguido….
Y qué no decir de la satisfacción que da el escuchar y ver noticias referentes a la recuperación de espacios ambientales, donde la mano del hombre no ha podido intervenir por más de 60 días y por tanto, no dañar…. ¡esas otras vidas están felices!!
Exactamente con cinco mudas he pasado casi 60 días de encierro. Se combinan, aunque no combinen, se lavan, se vuelven a poner y nada ha pasado. ¿Dónde quedaron las preocupaciones del ‘qué me pongo hoy’? No es necesario maquillarse, ni cambiar de bolso, ni de zapatos…
Hasta Papá Dios se metió en la onda. Ahora vemos la misa por TV (aunque no es de mi agrado), pero lo importante es no perder la conexión con Él, y lo mejor es que aflora nuestro compromiso de aportarle al prójimo necesitado, aún de manera virtual…
Aunque no soy de aquí de Cartagena, por el pocotón de años que tengo de vivir en esta hermosa ciudad la amo entrañablemente; ¡cuánta falta me hace caminar por sus calles, ver su gente, sentir su calor, chismosear en los almacenes, comprar un jugo de corozo! Barro no poder hacerlo.
También se me ha dado para recordar… sobre todo aquello que nuestras madres nos repetían: coman verdura, aliméntense bien, hagan ejercicios, no trasnochen tanto, eviten el vicio, en fin, para que tengan buena salud cuando grandes…. y ahí tienen: resultó cierto. En medio del encierro me siento muy bien.
Y que me dicen del «cuando estés aburrida ponte a leer, que eso te distrae; aprende a hacer solitarios o duerme que el sueño recupera”. Totalmente cierto todo. La lectura te transporta y enriquece, los juegos estimulan tus neuronas y el sueño te da energía.
Limitada en mi actividad laboral, nuevamente la tecnología me ha permitido hacer aportes que han servido para avanzar en algunos procesos. Pero me da algo de miedo pensar en toda la gente joven que puede quedarse sin empleo cuando se masifique el trabajo en casa.
Reflexiono y me convenzo cada vez mas de cuan valiosa es la amistad. Cómo hacen falta las reuniones con las ‘queris’, las visitas a mi amiga notaria, los encuentros con the best, las rodaditas a Barranquilla, los almuerzos casuales con otros, el tinto con aquel… Para mí, después de Dios y mis hijos, son los amigos.
Las noticias referentes al sistema de salud me dejan un sinsabor amargo por la crisis que vive el país y más nuestra ciudad. Culpo al capitalismo salvaje de apoderarse salvajemente de recursos públicos que sirven para que esos corruptos se den una vida de lujos salvajes y el pueblo se hunda en la enfermedad y la muerte.
Seguramente tú también tienes reflexiones…..
* Socióloga; miembro de ‘Encuentro Ciudadano’
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