Por Juan Correa Reyes *
Contrariando la voluntad de mis amigos, que no quieren saber más del coronavirus, realicé este domingo la revisión sistemática de los muros de Facebook de amigos y conocidos, encontrando en el del profesor Camilo Rey, investigador social de la Universidad de Cartagena, una interesante reflexión sobre Desigualdad Social y Comportamiento del Número de Contagios de Covid-19.
Plantea el profesor Rey un análisis tendencial de las cifras de la tabla epidemiológica del Dadis y la información de estratificación socioeconómica predominante en los barrios de Cartagena según Planeación Distrital, concluyendo que “el virus aparece en Cartagena en el estrato alto (especialmente casos importados y sus relacionados). Luego, finalizando marzo, el virus se propaga y se eleva en los estratos medio y bajo. En unos (el alto) la curva se aplana, en otros (medio y bajo), va disparada hacia arriba. Unos traen el virus, otros lo padecen con inclemencia”. Véase el gráfico siguiente:
Sorprendido, por la comprobación de una evidencia empírica viral en las conversaciones de chat de WhatsApp, lo compartí en la Tertulia de Revista Metro [1]. Minutos más tarde recibí la llamada del exconcejal Andrés Betancourt González expresándome sus reservas porque su evidencia empírica era distinta. “No me coincide con las cifras del Dadis y además creo que es el resultado de la distorsión causada por la existencia de más barrios de estrato bajo que alto”, manifestó; “además, solo Bocala (Bocagrande, Castillogrande y El Laguito) tiene 23 de los 205 casos positivos de la ciudad (un 11,2%); es lo que le digo a mis vecinos: aquí hay un problema grave de contagio”.
Le comenté que había revisado el método estadístico del profesor Camilo Rey y lo compartía, pero que se me ocurría que analizáramos el índice de contagio (# contagios por barrio / # residente del barrio), y el comportamiento por categorías de estratificación socioeconómica de los barrios, para evaluar cuáles serían los resultados alternativos.
De inmediato le escribí a Camilo Rey y le expresé los comentarios anteriores y estuvo de acuerdo en realizar una corrida de resultados con este análisis alternativo, aunque aclaró que su interés era evaluar las tendencias de las curvas.
Realizado el nuevo análisis estadístico, Camilo Rey encontró el siguiente resultado: “La diferencia (en el índice de contagio de los barrios de estratos altos con los bajos es) muy amplia al comienzo, luego se van acercando al final (pero en la cima, comentarios nuestros entre paréntesis). El bajo denominador en el estrato alto hace que ellos reporten un nivel superior a los demás durante los 50 días. Sin embargo, como te decía antes, y es lo que me preocupa acá, la tendencia no cambia. La curva en estrato alto se aplana, mientras la curva en estrato bajo no deja de crecer. Saludos. Continúen la discusión…” (véase grafica siguiente)
Comparando los análisis es evidente que ambos resultados son correctos, aunque parecen contradictorios, por lo siguiente:
El número de contagios es superior en los barrios de ingresos bajos dado el mayor volumen de población. Esta es la variable estudiada desde la óptica de la salud pública, donde se analiza su crecimiento con el propósito de “aplanar la curva de la pandemia”.
Sin embargo, el riesgo de contagio medido por su índice de contagio en la población de los barrios, hasta el momento, ha sido superior en los estratos altos de Cartagena. Este tipo de análisis es emergente para las ciudades capitales e intermedias.
La importancia de este doble enfoque es su utilidad como instrumento de política pública para las entidades territoriales, sobre todo frente al escenario de apertura al escenario de aislamiento inteligente que se aproxima, por los siguientes argumentos:
Las ciudades no son un todo único sino partes cuya suma no es igual al todo, sino que lo superan. Esto advierte sobre el fracaso de medidas generales, por sus efectos sobre la llamada ‘pandemia social’ que se explica como evidencia empírica en sociedades desiguales: “a más cuarentena obligatoria mayor emergencia social”. Cartagena de Indias no es la excepción, por esto cito a continuación sus efectos.
Si usted pertenece al estrato alto y tiene una condición de salud con comorbilidades que son mortales con el Covid-19, su riesgo de contagiarse y morir es mayor que en un estrato de ingresos bajos. Por lo tanto, así se levante la cuarentena obligatoria, usted debe seguir en ella.
Si usted es de estrato bajo, aunque tiene una menor probabilidad de contagio, vivirá dentro de un conglomerado social con un mayor número de contagiados. Entonces, si sufre comorbilidades es prioritario conservar o adquirir extremas medidas de aislamiento social (lo cual parece que no está pasando hoy).
Camilo Rey tiene razón cuando afirma que la curva de los estratos altos se está aplanando (hipotéticamente debido a un mayor acatamiento del aislamiento obligatorio, a mi juicio) mientras que el desorden social causado por la supervivencia de las familias en un escenario de cuarentena de hambre y hacinamiento está incrementando el índice de contagios en los barrios de estratos medios y bajos.
Estos resultados señalan que solo a partir de la prorroga de la cuarentena en Semana Santa, comenzó a darse la reducción del índice de contagio en los barrios de estrato alto, mientras que en barrios de los estratos medios y bajos se ha incrementado su crecimiento a pesar de las medidas de cuarentena, lo cual permite inferir que las curvas se encontrarán en la cima en el próximo mes de mayo.
A modo de conclusión, una solución posible es procurar, antes de la apertura de la cuarentena obligatoria, que el Dadis conmine a todas las EPS a que identifiquen y contacten a toda la población asegurada de alto riesgo por comorbilidades como una campaña general de promoción y prevención de salud pública, para evitar el colapso de la red hospitalaria (cuya repotenciación no ha tenido la celeridad deseada) pues actualmente solo se habla de los niños y de los adultos mayores (población con menores contagios).
Ello, porque si el índice de contagio se iguala por lo alto en todos los estratos en el próximo mes de mayo, como indica la tendencia estadística, habremos retrasado la expansión de la pandemia del Covid-19 y deteriorado el tejido empresarial durante casi dos meses, pero no alcanzado a proteger la vida de todos los cartageneros, como es el deseo expresado por el alcalde Dau, mientras que solo los barrios de estrato alto habrán disfrutado de ese privilegio, a pesar de tener los primeros contagios.
[1] Tertulia de líderes de opinión convocados por el director de Revista Metro, el periodista Carlos Ardila González.
* Economista – Profesor titular de la universidad de Cartagena