El pasado miércoles 5 de febrero, uno de los emblemáticos árboles de caucho que adornan con su verde follaje la Avenida Venezuela, en pleno Centro Histórico de Cartagena, se desplomó sobre la vía.
De manera afortunada, al momento de desprenderse el centenario árbol: cerca de las 9 horas y 45 minutos de la noche, nadie pasaba por allí. Generalmente, sobre todo en el día y más aún durante las temporadas turísticas, centenares de residentes y visitantes transitan por el lugar. Y desde hace décadas, de lunes a sábado, bajo la sombra del gigante caído, un zapatero remendón y un técnico de celulares instalan -instalaban – sus puestos de trabajo. Pocas veces, sin embargo, permanecen allí tras caer la noche.
Tras el accidente, varios funcionarios del Distrito procedieron a desarrollar las acciones que, en el marco de sus competencias, consideraron en esos instantes que debían adelantar.
El comandante del Cuerpo de Bomberos, Joel Barrios, dispuso de varias máquinas para despejar la avenida por donde, como se sabe, transitan centenares de buses de Transcaribe. Había que habilitarla lo más pronto posible y, para ello, ordenó talar las ramas que impedían la movilidad vehicular. Por su parte, el director de la Oficina de Gestión del Riesgo, Fernando Abello, lideró la recolección de las ramas cortadas y, con operarios de las empresas de aseo, coordinó su disposición final en el respectivo relleno sanitario.
Entretanto, el gerente de Transcaribe, Humberto Ripoll determinó que las distintas rutas operaran en contraflujo; y la directora del Departamento Administrativo de Tránsito y Transporte –Datt, Sindry Camargo, dispuso el desvío de los vehículos particulares hacia la avenida Escallón Villa.
Ese día, visiblemente satisfecho por lo que consideró fue una positiva labor, el comandante del Cuerpo de Bomberos señaló que, inmediatamente ocurrido el accidente, «despejamos la vía con motosierras, machetes y la máquina» con el fin de «despejarla y evitar traumatismos en la movilidad y el transporte«.
Sin embargo, al día siguiente, dos funcionarios: el director del Establecimiento Público Ambiental –EPA – de Cartagena, Javier Mouthón Bello, y el secretario de Infraestructura del Distrito, Gonzalo Jácome Peñaranda, visitaron el lugar y, con la asesoría de expertos, tras evaluar las condiciones de lo que quedó del árbol tras la poda realizada, coincidieron en manifestar que era posible resembrarlo y lograr su recuperación. Y que eso harían.
De acuerdo con lo que Revista Metro pudo establecer, el concepto del ambientalista y exdirector del EPA, Rafael Vergara Navarro, fue tenido en cuenta por los dos funcionarios al momento de tomar la decisión.
Como se recordará, hace 24 años: en 1996, se desplomó igualmente el tradicional ‘palito’e caucho’, también sobre la avenida Venezuela, a pocos pasos de la Torre del Reloj, y Vergara Navarro, en ese entonces director del departamento del medio ambiente del Distrito, para esa época llamado Damarena, gestionó la consecución un nuevo ‘palito de caucho’ que ordenó sembrar de forma inmediata en el mismo sitio.
El nuevo árbol, de escasos cuatro años de vida, reemplazó al árbol caído, que había sido sembrado 40 años atrás: en 1956, y hoy es un gigante bajo cuya sombra conviven decenas de emboladores, vendedores de dulces, guarapo y fritos con centenares de hombres y mujeres que llegan al lugar a reposar, conversar y hasta ligar citas y promover rumbas.
«Con el aporte de todos»: Mouthón
“Nuestros técnicos evaluaron y es posible rescatar nuestro árbol de caucho, entonces hoy haremos el intento, ojalá exitoso, de rescatarlo«, manifestó el director del EPA; «ya hemos tenido la visita de la Sociedad Portuaria que nos apoyará con la maquinaria y del grupo Veolia que nos apoyará con los materiales necesarios para su rescate como son la tierra negra, el abono orgánico y los puntales. Asimismo, se presentaron las empresas de servicios Aguas de Cartagena y Electricaribe para la verificación del estado de las redes que posiblemente se encuentren alrededor del árbol”.
“Entre todos estamos generando la sinergia necesaria para el rescate del árbol de caucho y estamos esperando el apoyo de los otros ciudadanos para que se sumen a esta causa que es de todos«, recalcó el funcionario; «el llamado especial es a grupos ambientalistas, voluntarios y organizaciones para este viernes a las siete de la mañana, porque necesitamos rescatar nuestro patrimonio ambiental urbano”.
Posibles causas de la caída
De acuerdo con fuentes del propio EPA, entre las posibles causas de la caída del árbol está el confinamiento de las raíces por parte de quienes, en su momento, realizaron las obras de Transcaribe.
De igual forma, otra causa pudo ser su desequilibrio -el árbol pesaba más del lado hacia el que justamente se inclinó y terminó cayéndose – causado por sucesivas talas.
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