Por Rubiela Valderrama Hoyos *
En la entrevista que la periodista Laura Ardila Arrieta [1] le realizó al alcalde de Cartagena William Dau Chamat, denominada “Me estoy tragando sapos por Cartagena”, leímos, yo en particular, con entusiasmo, cómo el mandatario no solo reconocía su carácter acelerado sino que se proponía mejorar sus modales en beneficio de la ciudad que está gerenciando.
Pues le creí, y si bien sé que nadie cambia de la noche a la mañana, creo que le tocará hacer un esfuerzo sobrehumano, pues su investidura le demanda ese compromiso inmediato y continuo.
Ante la pregunta de la periodista Ardila sobre si le preocupaba que se le fuera el mandato en retractaciones, el alcalde respondió: “Yo no puedo seguir en el plan ese porque necesito poder dedicarme a gobernar a un millón de cartageneros y justamente por eso tuve que tragarme esos sapos”. Una respuesta que me pareció muy coherente y pertinente, pues eso esperamos las habitantes de Cartagena hastiadas de tanta corrupción e ingobernabilidad.
Y sigue diciendo en la entrevista el señor alcalde… “Pero mira que no digo nombres de nada, me estoy tragando los sapos de aquí para adelante porque yo tengo perfectamente claro que no soy el veedor sino el alcalde y tengo que cambiar el chip mental” (…) “Ellos saben que yo me sublevo fácil”.
Y lo digo (ya muchas lo han dicho también) en el sentido de no perder el tiempo, las energías y el impulso peleando por doquier, sino concentrándose en lo fundamental, gobernar bien y con transparencia con el apoyo del buen gabinete que eligió.
Si bien yo no esperaba mucho de nuestro mandatario (en términos de su locuacidad discursiva y conocimiento de la ciudad), por lo que vi en la campaña, sí considero que es fundamental que deje de creer que todas las cosas se prestan para chistes o él cree que son chistes, como ocurrió con el discurso de la lideresa palenquera Kairen Margarita Gutiérrez el día de la posesión del mandatario, cuando ella habló en lengua palenquera y la comunidad, en un acto de reconocimiento al esfuerzo del rescate de esa importante lengua y cultura en nuestro contexto, ovacionó sus palabras, pero el alcalde tomó el micrófono y le reclamó a la gente diciendo: “pero porqué aplauden si ella lo que dijo fue ‘tu mamá’” (VER VIDEO ABAJO). Imperdonable, señor alcalde; no todo es chiste; no le quedan bien esas salidas en falso; la lengua palenquera se respeta.
Así mismo, y creyendo, pues, que ya en acción y con tantos asesores, pudiera ir mejorando sus intervenciones, nos quedamos azules cuando en dos momentos distintos en los que le tocó intervenir frente a temas cruciales para la transformación de la ciudad (educación y cultura), salió con lo mismo.
En la presentación que realizaron los rectores de las 106 instituciones educativas oficiales de la ciudad, las personas presentes esperábamos que, luego de escuchar las cinco intervenciones sobre la crisis de infraestructura y calidad educativa que afrontamos, el señor alcalde hiciera alguna referencia sobre su compromiso en esta materia, pero no: se limitó a decir, palabras más, palabras menos, “ayúdenme a corretear los malandrines que están en esa Secretaría”.
Lo mismo ocurrió en la inauguración del Festival de Frito. La plaza llena a reventar y cuando anuncian las palabras del señor alcalde, nuevamente algunas ingenuas esperábamos que hiciera referencia a la cultura como estructuradora de la convivencia y el desarrollo social colectivo, etc., etc., pero el señor alcalde dijo: “¡buenas noches malandrines, aquí me quedaré bailando para que se sigan burlando de mí”. Y punto.
Me parece bien que el alcalde no se tome en serio las burlas de la gente; eso le ayuda a no amargarse, a estar sereno y, como dice él mismo, a no “sublevarse fácil”. Pero creo que ha llegado el momento de tomarse en serio otras cosas, como por ejemplo tener algunos elementos mínimos de otros temas cruciales de la ciudad.
Sabemos que la lucha anticorrupción es su fuerte, se la aplaudimos y, como ya hemos dicho en otras columnas, lo apoyamos y esperamos que no desfallezca en esta. Así mismo hemos dicho reiteradamente: déjese asesorar de la gente buena que tiene a su lado y permita que le ayuden a gobernar por el bien de la ciudad.
Finalmente, una respetuosa sugerencia. Frente a las burlas, siéntese por encima de ellas, que le resbalen, pero frente a la sana crítica que hacemos algunas personas, tómelas en serio. Solo nos anima el bien de la ciudad que ahora pasa por el bien y la estabilidad física y emocional suya.
[1] https://lasillavacia.com/me-estoy-tragando-sapos-cartagena-dau-75174
* Rubiela Valderrama Hoyos. Feminista, Trabajadora Social, Magister en Estudios de Género, Área Mujer y Desarrollo
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