Cartagena, octubre 01 de 2019
Señor presidente, honorables concejales:
Hoy asistimos al inicio del último período ordinario de sesiones de esta corporación, que marca el final de un ciclo bastante complejo y convulsionado, que deja profundas huellas en la institucionalidad, en la democracia local y fuertes experiencias de vida en algunos de ustedes.
Período en el que, a pesar de tales complejidades, hubo espacio para la construcción de sinergias; en el que se hicieron importantes aportes a la superación de la crisis administrativa que también padeció el Distrito y para el impulso a importantes proyectos, que fueron analizados, debatidos y aprobados con rigor y con visión de ciudad.
En cumplimiento del encargo que me fue asignado por el Señor Presidente de la República el 20 de septiembre de 2018, asumí el desafío de liderar un “timonazo” en la administración Distrital, buscando retomar el norte en su conducción, que se había perdido como consecuencia de múltiples factores perturbadores ya conocidos.
A pesar de lo difícil de ese reto, tuve la fortuna de ser atendido en la convocatoria que hice desde mi posesión a todos los actores sociales, incluyendo partidos, movimientos y dirigentes políticos, para trabajar unidos, anteponiendo los intereses colectivos, superando mezquindades y prevenciones.
Los resultados de esa unión de esfuerzos y voluntades fueron evidentes. En pocos meses logramos rescatar la estabilidad administrativa, la gobernabilidad y especialmente la confianza ciudadana, como se comprueba con un largo listado de proyectos y de obras de mayor a menor envergadura, ejecutados o en ejecución, después de prolongados aplazamientos. Ustedes contribuyeron indiscutiblemente a su reactivación, y la comunidad ha hecho pleno reconocimiento de ello.
No obstante, a pesar de esa concertación de voluntades y las evidencias de compromisos, rigor, transparencia y efectividad en la gestión de gobierno, este encargo no ha podido librarse de limitaciones unas veces incorporadas a la dinámica jurídica de lo público, otras a las variantes del ejercicio político y otras más promovidas desde retaliaciones y mezquindades personales, de muy pocos actores.
La decisión de sortear tales limitaciones, de manera recursiva y concentrados en lo esencial, sin dejarnos distraer, hace que muchas personas, especialmente quienes evalúan de manera crítica nuestra gestión, no alcancen a comprender, por ejemplo, que administrar en el último año de gobierno, con contienda electoral en curso, y Ley de garantías vigente, es el equivalente a mantener a flote y en rumbo norte a una embarcación, en un mar de fuertes turbulencias.
A pesar de todo, nos conservamos a flote y en la ruta trazada. Como lo dije, sin falsas modestias, en la audiencia de rendición de cuentas correspondiente al primer año de gestión: en 12 meses Cartagena ha logrado muchas más realizaciones que las alcanzada en varios periodos completos de gobiernos anteriores.
Con esa misma perspectiva hemos asumido esta última fase del período constitucional de gobierno, dedicando los mayores esfuerzos por conservar la solidez de las sinergias construidas en procura de impulsar proyectos, en los que la ciudad tiene cifradas sus expectativas y esperanzas.
Fue por ello que, en las sesiones extraordinarias del segundo período, clausuradas el pasado viernes, el ejecutivo presentó a consideración del Honorable Concejo Distrital un paquete de proyectos (para algunos muy voluminoso), que tenía el propósito de dar celeridad a importantes y urgentes acciones que demanda el desarrollo en diferentes frentes.
Atendiendo a su dinámica interna y criterios de los honorables concejales, varias de esas iniciativas fueron debidamente aprobadas; y otras, a pesar de su trascendencia y adecuada argumentación, recibieron ponencia negativa.
Respetando, como siempre, la autonomía del Concejo, la Administración Distrital considera que una nueva y minuciosa revisión de los proyectos que no recibieron primer debate, e inclusive aquellos que fueron negados, permitiría a los honorables concejales evaluar la profunda incidencia que tendrán en solucionar delicados problemas sociales que afronta Cartagena y sus habitantes.
En tal sentido, apelando al altruismo de los señores concejales, de su sentido de responsabilidad para con la ciudad y a su rigor metodológico, presentaremos nuevamente a su consideración los proyectos no debatidos, o aprobados en primer debate, garantizando absoluta claridad en su argumentación y la realización de los ajustes que sean viables para su correspondiente aprobación.
Entre ellos se incluye el relacionado con la destinación de un porcentaje de la contraprestación portuaria del Distrito, para la financiación del Macro Proyecto para la restauración de sistemas degradados del Canal del Dique, que tanta incidencia tiene para el presente y futuro de la ciudad y el proyecto concerniente a incentivos tributarios, mediante ajustes al acuerdo 041 de 2006.
Como corresponde, el ejecutivo presentará igualmente en los tiempos reglamentarios, el presupuesto de funcionamiento del Distrito para la vigencia de 2020. Como comprenderán en este presupuesto se deberán incluir las necesidades que no se pudieron atender en la presente vigencia.
Es procedente recordar, lo que dije antes sobre las múltiples limitaciones que encuentra la administración, entre ellas las de comprometer vigencias futuras y recibir bienes y servicios, lo que hace que problemas y necesidades puntuales de la ciudad no puedan ser resueltos en 2019, pero como éstos no desaparecen, es indispensables incluir responsablemente sus recursos en el presupuesto del próximo año.
Honorables concejales, coincidiendo con el inicio del último período de sesiones de la corporación, la ciudad se apresta esta semana a recibir grandes e importantes noticias que representan conquistas por las que ha luchado con ahínco por mucho tiempo y que inciden de manera determinante en su proyección, desarrollo y el bienestar de sus habitantes.
Me refiero, por ejemplo, al otorgamiento del galardón por la primera playa Bandera Azul en la Boquilla, que Dios mediante, sería anunciado formalmente el próximo 03 de octubre, y que será otro distintivo internacional que potenciará al Distrito como destino turístico sostenible.
Esperamos igualmente que el Departamento Nacional de Estadísticas –DANE-, después de la anunciada revisión de los resultados del Censo de Población y Vivienda 2018, nos otorgue la certificación como ciudad con más de un millón de habitantes, que representará la posibilidad de acceder a mayores recursos de la nación y a manejar directamente la sobretasa ambiental, entre otras ventajas, que contribuirán a superar en parte algunas de nuestras necesidades históricas.
Como complemento de estas noticias positivas, también en la primera semana de octubre estaremos entregando a la ciudad y al país, de manera anticipada, los escenarios deportivos intervenidos con motivo de la realización de los Juegos Deportivos Nacionales y Paranacionales de noviembre próximo. Trabajos realizados con optimo nivel de calidad y cumplimiento en el marco de procesos ampliamente participativos, eficientes y transparentes.
Todo esto lo menciono, estimados concejales, para reiterar desde este escenario de la democracia local que es viable lograr resultados cuando existe voluntad y cuando los esfuerzos se concentran en alcanzar objetivos comunes en beneficio de la ciudad, tomando distancia de las distracciones que generan las confrontaciones bizantinas.
A propósito, aunque no suelo atender comentarios de corrillos, me han llegado versiones según las cuales, como consecuencia del enrarecido ambiente electoral que se percibe en la ciudad, habría algunas orientaciones para poner a la administración como blanco u objetivo de descalificaciones y señalamientos, mediante la figura del control político en el Concejo, programadas con criterios selectivos que permitan ejercer algún tipo de presión sobre el alcalde.
Las respuestas que he dado a quienes me han suministrado tales informaciones, las reitero con toda tranquilidad y franqueza en este recinto, en el que por varios años estuve ocupando una de sus curules, con orgullo y con dignidad: soy y seguiré siendo respetuoso de la autonomía del Concejo. No tengo estrategia diferente para defender la administración, que los resultados de gestión que he mostrado, que la comunidad conoce, y la absoluta transparencia en cada uno de mis actos.
En tal sentido, el ejercicio de control político es bienvenido; daré instrucciones a todos los funcionarios para que estén prestos a atender las citaciones que a bien tenga hacer esta honorable corporación.
No obstante, quisiera hacer una última reflexión, inspirada en el inmolado dirigente Conservador, Álvaro Gómez Hurtado, quien consultado en una oportunidad por un periodista sobre posibles salidas a delicados problemas entre dirigentes y candidatos políticos, respondió con su pasiva y contundente argumentación: “ creo que a los partidos y a los políticos nos llegó el momento de pasarnos al territorio de la grandeza, de lo limpio, de lo no comprometido, de la no complicidad”.
Aunque para algunos pueda pecar de ingenuo, pienso que aun en Cartagena, todos, incluyendo a este honorable Concejo, que respeto y aprecio, estamos a tiempo de discutir y resolver los problemas de la ciudad, en el terreno de la grandeza.
Muchas gracias