Por Rubiela Valderrama Hoyos *
Como nunca, estamos hoy frente a una gran oportunidad de voltear la tortilla política en la ciudad, pues a todo el pueblo, sin excusa, le llegó la información de los bochornosos actos de corrupción y la feria de contratos entre los gobernantes de turno y las casas políticas que han desangrado al erario y condenado a la miseria a miles de familias cartageneras.
Es el momento propicio para que pensemos de manera sensata en nuestro derecho a la ciudad, en el modelo de desarrollo que nos merecemos y en la democracia equitativa e incluyente que debemos gestionar cada una y cada uno, comenzando por votar bien, castigando a las mafias politiqueras, y corruptas en las urnas.
Pero, ciertamente, la ciudadanía ha confiado de alguna manera en los partidos y movimientos políticos, que deberían representarnos y representarnos bien, sin embargo estos se han convertido justamente en su antítesis: no nos representan en nada y se venden al mejor postor.
Analicemos rápidamente a quiénes avalan los dichosos partidos y movimientos políticos en Cartagena y Bolívar.
Partido de la U – Yolanda Wong a la Alcaldía, a sabiendas que estaría inhabilitada y condenaría a la ciudad a más años de interinidad.
Partido Liberal – Apoyando a Blel y William García, sin importarles los escandalosos actos e corrupción en que andan metidos.
Partido Centro Democrático – Apoyó a Vicentico Blel, ahora por el escándalo retira el apoyo, pero no me digan que no sabía de quién era hijo y a quién le respondía políticamente. Así mismo apoya a Fernando Araújo a la Alcaldía y todos sabemos en Cartagena que este señor tiene deudas pendientes con la ciudad, como en Chambacú – El Papayal – y La Boquilla, por ejemplo.
Partido Conservador – Ni siquiera por las revelaciones de corrupción ha retirado el apoyo a Vicentico; se está tomando su tiempo para seguir en la jugadita.
Partido Cambio Radical – avala públicamente a Hernando Padauí, pero como no pegó, negocia por debajo de la mesa con Vicentico Blel porque las encuestas lo dan como posible ganador.
Los partidos cristianos, Colombia Justa y Libre y el Mira, avalando a los corruptos ya mencionados arriba, sin ningún temor de Dios.
Partidos Alianza Verde y Polo Democrático, sin la mínima capacidad de propiciar un líder o lideresa con opciones serias de llegar a la Alcaldía y, todo lo contrario, escogiendo a personas con poco liderazgo y mucho ego. Y como partido alternativo, en el caso del Verde, enviando un mensaje contradictorio de posible apoyo al candidato de las maquinarias politiqueras.
Los partidos ADA, ASI, PRE, Colombia Renaciente, Aico, Colombia Humana – UP, entre otros partidos y movimientos pequeños de los cuales esperábamos mayor compromiso y seriedad política para el cambio urgente que requerimos en la ciudad, tampoco dan muestras de compromiso profundo con el cambio.
Lo anterior nos demuestra que estamos frente a partidos y movimientos políticos sin ideología, sin ética política, convertidos en empresas negociadoras de avales, continuando con un ejercicio asqueroso de la politiquería y dirigidos por seudolíderes en su mayoría corruptos y sinvergüenzas y, así, matando las esperanzas de la ciudadanía activa.
Si tenemos en cuenta que “los partidos son actores quizás irremplazables del escenario político, que el Estado moderno es un Estado de partidos por el lugar central que ocupan no sólo en la integración de los órganos de representación y de gobierno, sino también por sus funciones de intermediación entre el Estado y la sociedad civil”[1], entonces llamamos a los partidos a ser serios con sus funciones, con su deber ser y su papel en la democracia local.
Deben los partidos / movimientos políticos y sus líderes, ser ejemplos de honestidad, transparencia y respeto por la democracia y la ciudadanía que los elije y sostiene en el poder local. Deben ser los partidos escuelas de formación permanente de nuevas ciudadanías para enseñar los valores de la democracia.
En conclusión, como dijimos al iniciar estas líneas, estamos en un momento crucial y solo hay dos salidas: como ciudadanía indignada votamos bien y contra la corrupción o damos un salto al vacío; y, siendo así, ¿quién responde por la debacle?
[1] Cárdenas Gracia, Jaime. https://portalanterior.ine.mx/documentos/DECEYEC/partidos_politicos_y_democracia.htm
* Rubiela Valderrama Hoyos. Feminista, Trabajadora Social, Magister en Estudios de Género, Área Mujer y Desarrollo