Por Jordan Buendía Sacco *
Al gobierno de turno y, en general, a algunos de sus funcionarios judiciales de bolsillo, al parecer se les olvidan rápidamente las lecciones de nuestra historia política reciente, y es que, como sociedad, de alguna manera siempre tendemos a volcar nuestra empatía y afinidad por los menesterosos, y por todos aquellos que percibimos son injustamente atacados. Paradójicamente, suele suceder que los que otrora figuraban como débiles resultan ser los más amados, los más recordados y los que finalmente son elegidos por las gentes.
Basta solo recordar la censura de los ortodoxos a Sócrates, a Galileo y al mismo Cristo y, aunque suene exagerado, al mismo senador Gustavo Petro, quien sin lugar a dudas no habría recibido el abrazo de tantas gentes si no hubiese sido por el ‘espaldarazo’ que ‘cariñosamente’ le dio el procurador Alejandro Ordoñez al inhabilitarlo y sacarlo de la Alcaldía de Bogotá. Sin lugar a dudas, las muchas punzadas ayudaron inmensamente a consolidar los ocho millones de votos que hoy representa la Colombia Humana en la política nacional.
Frente a la reciente decisión del Consejo de Estado, que anula la elección de la congresista Ángela María Robledo, quien como se sabe fue elegida en virtud de un régimen político especial: el Estatuto de la Oposición, el Centro Democrático y demás partidos de gobierno no pueden esperar más que lo aquí enunciado, que el electorado ponga aún más su mirada en la sufrida oposición, pues la decisión se muestra profundamente política e injusta.
Sin entrar en detalles jurídicos, no se avizora ninguna diferencia sustancial entre la doble militancia partidista de Marta Lucía Ramírez, quien, que recordemos, en elecciones presidenciales pasó del movimiento Colombia Honesta y Fuerte y, luego, al Centro Democrático, como fórmula vicepresidencial de Iván Duque. Ángela Robledo, haciendo lo propio, también en elecciones presidenciales, pasó del Partido Verde al movimiento Colombia Humana para inscribirse como candidata a la vicepresidencia; por tanto, resulta completamente ilógico que no se aplique el mismo rasero jurídico, con el rebuscado y absurdo argumento de que la actual vicepresidenta participó en una consulta interpartidista y Robledo no.
Aún no se puede vaticinar con claridad cuál será el futuro político de Ángela María Robledo, pero de lo que no me cabe la menor duda es que, con su martirizacion, junto con la del profesor Antanas Mockus, sembraron la semilla que le asegurará más triunfos políticos a la oposición en las elecciones regionales venideras.
* Abogado de la Corporación Universitaria Rafael Núñez
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