Tomando como base lo que dice Adela Cortina en su libro ‘¿Para qué sirve realmente la ética?’, en su capítulo V, podemos concluir que para realizar o alcanzar el sueño que todos deseamos de una ciudad que se desarrolle en armonía con la naturaleza, una ciudad sustentable, debemos tener en cuenta dos aspectos importantes: uno objetivo, que corresponde a la sostenibilidad, y otro subjetivo o humano, que corresponde al cuidado de los recursos o desarrollo de un Yo Ecológico en los habitantes.
El termino sostenibilidad Cortina lo define como “el uso racional de los recursos escasos de la tierra, sin perjuicio del capital natural, manteniendo en sus condiciones de reproducción y coevolución, teniendo presente las generaciones futuras, que también tienen derecho a un planeta habitable. La sostenibilidad representa el lado objetivo, ambiental, económico y social de la gestión de los recursos”.
Sabemos que toda acción del hombre, para que sea sostenible, es necesario que sea económicamente viable, que esté en armonía con la naturaleza y socialmente equitativa. No obstante, para lograr esto último es imperativo tener gobernanza, es decir buen gobierno, donde el bien común prime sobre el particular. Bien lo dice Hancock, “equidad, sostenibilidad y gobernanza son los tres desafíos claves que enfrentan las ciudades en este siglo. No es posible lograr la equidad sin gobernanza, pues la participación y el compromiso intersectorial son fundamentales tanto en la toma de decisiones como en la implementación y el desarrollo continuo de las políticas públicas, esto permite que el desarrollo de una ciudad no se vea afectado por los cambios de poder durante el tiempo, y que las necesidades de sus habitantes sean de interés para los tomadores de decisiones, permitiendo así un desarrollo equitativo que a su vez mejore la calidad de vida de las personas”.
Una ciudad sustentable es aquella que, entre otras características, tiene equidad, una adecuada gestión de su residuos, movilidad adecuada, ahorro de energía y recursos hídricos, disminución de contaminación auditiva, impulso al uso de sistemas colectivos de transporte en reemplazo del particular, modelos de ciudad con ecobarrios donde se tengan una absoluta disposición de los residuos, ciclorrutas y calles peatonales para evitar emisiones de gases de efecto invernadero, y se cuente con áreas verdes para recreación.
El cuidado de los recursos naturales por parte de sus habitantes es un aspecto importante para el logro de un modelo de ciudad verde o sustentable. El ser humano por naturaleza -por sus genes – propende por el cuidado de lo que tiene a su alrededor. Los animales mamíferos requieren de cuidado de la madre desde el momento que nace hasta valerse solos y el ser humano no es la excepción, por lo que no es difícil inculcar a nuestros hijos e implementar en la escuela programas de educación que propenda por el cuidado de la naturaleza, despertar en todos la práctica del cuidado de la naturaleza con la implementación de hábitos ecológicos que lleguen a convertirse en costumbre, lográndose así la formación de un Yo Ecológico. De esta manera, la persona en cada acción que realiza tendrá en cuenta el cuidado de la naturaleza. Así, la disposición de residuos en los lugares adecuados en la vía pública, no arrojar desperdicios a las fuentes de agua, la no contaminación por ruido, la selección y disposición de residuos en la fuente en los hogares, la escogencia del transporte colectivo en reemplazo del particular y muchas otras actividades para el cuidado ambiental serán realizados de manera habitual.
En Cartagena, si bien hemos dado algunos pasos encaminados hacia la sostenibilidad tales como la implementación del sistema masivo de transporte público con gas natural, la alternativa menos contaminante de los combustibles fósiles, la implementación del emisario submarino, el agua potable y el alcantarillado para algunas zonas marginales, un relleno sanitario controlado, el inicio de un programa, por iniciativa de la comunidad, de implementación de un modelo de ecobarrio en el Pie de la Popa, las iniciativas privadas de implementación de rutas de reciclaje en algunos barrios, orientadas hacia la economía circular 3R (Reducir, Reusar y Reciclar), aún estamos muy lejos de llegar a ser una ciudad sustentable.
Y ello porque adolecemos de falta de cubrimiento total de los servicios de agua y alcantarillado, pobreza absoluta, desnutrición, falta de cubrimiento educativo, falta de equidad, no hay control efectivo de la contaminación por ruido, calles sin pavimentar que contaminan a la atmosfera, no hay espacios públicos verdes suficientes para la recreación y el deporte, el transporte público es insuficiente, no hay ciclorrutas y por lo tanto no hay alternativas para disminuir la huella ecológica, no hay adecuado control sobre las construcciones como fuentes de impacto ambiental, y adolecemos de un sistema de recuperación de residuos adecuado que asegure una economía circular de los mismos.
En cuanto a las personas y su Yo Ecológico, hay que reconocer que ya se ven algunas agrupaciones de personas preocupadas por el cuidado de la naturaleza, se escuchan voces de que “sí se puede cuidar la naturaleza desde el metro cuadrado de tu casa seleccionando en la fuente” como le escuché decir a una líder en un foro sobre ecobarrios la semana pasada, pero aún está muy lejos de ser un sentir colectivo de ese Yo ecológico por el cuidado de la naturaleza que, acompañado de una adecuada gobernanza, permita realizar el anhelado sueño de volver a Cartagena una ciudad sustentable.
* Ingeniero químico, MBA y especialista en Gestión Ambiental
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