Por Marcela Márquez *
Con un nombre que alude a una poderosa invitación ciudadana: Salvemos a Cartagena, se está convirtiendo en un movimiento social, pues está despertando a la Ciudad Heroica de un letargo de más de medio siglo.
Podría considerarse una sencilla iniciativa de pintar muros y paredillas ubicados en el espacio público, con el fin de eliminar la publicidad política que hayan colocado en ellos, pero realmente es más acertado reconocerlo como el inicio de un movimiento social ya que estas actividades son el resultado de otras dos áreas de trabajo: de un lado, en este período electoral, una decidida lucha contra la compra de votos; y, por otro, la permanente lucha anticorrupción a través de la investigación y las denuncias públicas.
Hay tres elementos básicas que caracterizan a los movimientos sociales: en primera instancia, que son asociaciones no formales de individuos cuyas acciones no efímeras tienen como fin el cambio social. En segunda instancia, que se recurre a instancias no oficiales para presionar dicho cambio. Y, por último, que es una vía de participación ciudadana. Pues bien, desde el momento en que decenas de ciudadanos acogieron con entusiasmo la angustiosa invitación de un cartagenero en el exterior de Salvar a Cartagena se dio inicio a un proceso -un verdadero fenómeno – con las características de un movimiento social.
Ese valiente y decidido abogado cartagenero: William Dau Chamat, es quien está inspirando a cientos de cartageneros y cartageneras a que se sumen a una lucha iniciada por él inició hace muchos años, pero que debió interrumpir en contra de su voluntad: un lucha anticorrupción basada siempre en la investigación profunda y la contrastación de fuentes documentales. Sin embargo, los cartageneros que se han adherido a su causa son conscientes de que no pueden estar a expensas de un líder o caudillo sino que, como corresponde a un fenómeno de esta naturaleza, basan su accionar en el deseo colectivo de un cambio positivo para la ciudad.
Todo comenzó cuando todo parecía terminar. William Dau Chamat era un reconocido veedor ciudadano en la capital de Bolívar, donde había fundado una entidad a la que bautizó Corporación Cartagena Honesta, Veeduría Ciudadana Contra La Corrupción. Al poco tiempo de haberla fundado empezó a recibir amenazas contra su vida pero, cuando estas incluyeron también a su esposa y sus hijos, se vio obligado a buscar asilo en los Estados Unidos. “Comenzaron primero con llamadas, no recuerdo haberlas recibido yo mismo, unas las recibió mi esposa, quien también es abogada y trabajaba conmigo, otras las recibió otra abogada que trabajaba para mí y otras las recibió mi secretaria, relata el dirigente cívico. “Y todas eran: ‘mira vamos a matar a Dau, vamos a matar a Dau’, porque yo era la cabeza visible”.
“Yo tenía unos bebés recién nacidos, mis mellos, y yo me hubiera quedado a pelear, pero yo no podía correr el riesgo de dejarlos huérfanos. Entonces decidí venirme en asilo a los Estados Unidos», señaló. «Yo logré venir a los Estados Unidos con una invitación que me hizo la Universidad de Columbia, en la facultad de leyes, y así fue como salí de Colombia con mi familia. Y, ¿por qué con la Universidad de Columbia? Porque con ellos había estado trabajando un caso grandísimo contra el Banco Mundial en relación con el Emisario Submarino de Cartagena, que en últimas ganamos el caso”.
“Pero cuando yo me vine definitivamente, en octubre de 2014, yo me juré que algún día iba a regresar a la pelea, porque yo salí con el rabo entre las patas, pero yo sabía que ahí no acababa la vaina», agregó Dau. «Pero es que como tenía que trabajar, tenía una familia, los mellos y mis otros hijos de mi primer matrimonio, entonces me dediqué a trabajar como un burro. Y comencé trabajando bien duro, y sufriendo, horas largas, para ser el que más trabajaba en la oficina; el que más horas durara, el que más horas hiciera. Comencé como un auxiliar de abogado en una firma de abogados y en el departamento jurídico de una muy importante entidad financiera y ya creo que llegué al punto donde puedo darme ciertas libertades, de poder dedicarme a lo que yo me juré que iba a hacer, que es combatir la corrupción, y como ya estoy viejito, tengo 65 años y en mayo voy a cumplir 66, ya estoy a punto de retirarme y yo no voy a quedarme vegetando, yo voy a hacer lo que me apasiona, que es luchar contra la corrupción”. Gracias a su arduo trabajo -recalcó – en la actualidad puede contar con los recursos económicos necesarios para el sostenimiento de su actividad investigativa.
En 2014, Dau conformó una entidad sin ánimo de lucro en la ciudad de Nueva York, con la intención de luchar contra la corrupción en Colombia. Posteriormente realizaría tres viajes a Cartagena, donde convocó a decenas de personas que pudieran unirse a esa lucha, pero -según dijo – no logró conseguirlas.
A pesar de ello, hoy por hoy, a través de las redes sociales, casi que sin proponérselo, ha logrado conseguir el eco y el apoyo que en otros años no alcanzó. Con marcadores de colores, escribiendo a mano en hojas de cuaderno o de papel bond, con letra y estilo que dan testimonio de su edad y de la educación que recibió, publica sus anuncios en las redes. Tan solo en su cuenta de Instagram reporta más de 16 mil seguidores; por su parte, en su fan page de Facebook cuenta con más de 12 mil.
Fue justamente, con esa poderosa herramienta virtual, que hace varios días William Dau convocó a decenas de ciudadanos a pintar sobre muros públicos para eliminar la publicidad política colocada en ellos.
Y este domingo 4 de febrero, convocada también por él, habrá una jornada similar. Pero esta será la última actividad de este tipo que coordinara Dau, ya que “de aquí en adelante”, como manifestó, estás acciones “estarán delegadas a los mismos jóvenes”, porque, señaló, lo primordial es concentrarse de lleno en continuar sus investigaciones.
William Dau resalta que, si bien está acostumbrado a trabajar solo y no tiene experiencia en este tipo de convocatorias, está realmente interesado en que más personas se sigan sumando a estas causas ciudadanas.
¿Farsante? ¿Exagerado? ¿Parcializado? ¿Con algún interés personal oculto? Podría ser; o podría no ser. Tan solo el tiempo dará la respuesta. Lo cierto es que, gracias en parte a William Dau Chamat, Cartagena ha vuelto a ser una Ciudad Heroica, y hoy muchos ciudadanos han tomado consciencia de que tienen en sus manos el verdadero poder para acabar con la corrupción. Y están comenzando a combatirla.
La esperanza colectiva es que estas acciones generen un impacto que perdure en las esferas dirigentes de la ciudad y así lograr una Cartagena sin corrupción, sin pobreza y sin desigualdad.
* Comunicadora social – periodista.
Eduardo Arellano González
Dau. Dau. Dau. Dau. ……… Muchos, miles, miles, miles Dau. Son los que requiere con URGENCIA CARTAGENA. Yo también soy y seré un ciudadano cartagenero, que también como Dau, no vivo residenciado en Cartagena. Pero la llevo en el alma. Me sumo a esa corriente de ciudadanos jóvenes que le están poniendo su vida, su alma de buenos ciudadanos para sacar a Cartagena del LETARGO. Una vez más, reitero la idea que tenemos que seguir en el camino que ya está abriendo esa nueva juventud Cartagenera, desde el seno de esa revuelta de jóvenes honestos y trabajadores deben salir los dirigentes líderes, concejales, alcaldes cómo mente y disposición de convertir a Cartagena en la mejor ciudad de Colombia. Dios te pido que de Cartagena sigan emergiendo nuevos Daus muchos Daus.!!!
William de la hoz
Hay que persistir ya está bueno de lo mismo
Cartagena debe despertar y llegó la hora
No podemos dejar que nuestros decentientes hereden una sociedad tan corrupta
Con unos representantes corruptos sin autoridad moral
César Alfonso Angarita Salgar
Cuando hay ambición de ser honorable y de manifestar las ideas sanas y sin contaminación, todo sale bien, lo felicito y sea ejemplo de integrar a este grupo de jóvenes que son el futuro de los servidores públicos transparentes. Ya en Bucaramanga tenemos un alcalde el Ingeniero Rodolfo Hernandez Oliveros con iguales principios y sigue batallando contra la deshonestidad y la corrupción. Lo más importante a esta edad ya nosotros nos desprendimos del miedo y de las ataduras toxicas, hay que darle ánimo a la juventud que viene tomando conciencia y tendrán en un futuro de qué hablar.
Dennys Marrugo Torrente
Hagámoslo por nuestros hijos, para que vivan en una Cartagena mejor, no la Cartagena corrupta que conocemos….
Carlos zequeira
Amigo Dau mi persona y familia te vamos apoyar bendiciones
Juan fco
Unidos somos mas, no soy cartagenero pero mis hijas si, llevan la sangre de aquellos que un dia piden libertad y luchar por una Cartagena libre de corrupción.
Vivo desde el año 87 en esta ciudad y espero verla libre al fin, pero libre de pensamiento. No quiero una ciudad con grilletes para mis nietos.
Quiero un dia mostrar la lucha que vivimos en Santa Marta y que unidos los mas humildes un día fuimos capaces de acabar con una maquinaria de mas de 40 años.
Hoy podemos tener una mejor ciudad que aun falta mucho por mejorar pero ya somos muchos los que podemos estudiar en una Universidad de calidad .
La lucha no fue fácil, pero un pueblo unido jamás sera vencido.
Luchen jóvenes, luchen por una mejor ciudad libre de todo aquello que no la deja respirar.
ROBERTO VIANA GUERRERO
Esa es la causa: Cartagena y Bolívar sin dueños, sin piratas con hambre de tesoro,(público). Fuera los embaucadores.! que se vayan todos!
Nohora Robles Miranda
Hola, soy cartagenera, no residente pero con muchas impetus y ganas de unirme a esa causa, siempre lo deseé y aquí me anexo.
Daniel Beltrán
Bendiciones. Estuve en el escenario con el Dr Piedrahita y William Dau. Pero cuando aparece los Garcias y otros persiguiendo la verdad, tuve que apartarme de las reuniones. Apoyo todas las causas reales en bien de las ciudadanos. Gracias.
senen de la espriella
De acuerdo
Alexis Arroyo Fuentes
Hoy la ciudad de Cartagena tiene una nueva esperanza y visión, hoy vemos con optimismo el futuro de la ciudad del caribe, con mejores proyecciones económicas, industriales, educativas y sobre todo de vida. Llegué a vivir a Cartagena un 31 de enero de 1996, crecí con la economía de la ciudad, conocí los buses viejos, la india catalina casi sobre la avenida Venezuela, conocí aquarama, la escollera, subí a los busetas cuando tenían que dar la vuelta al limbo y salir por la calle de la media luna, transité sobre la avenida Venezuela en bicicleta, a píe, en todos los vehículos posibles, conocí el primer celular en Cartagena, he vivido con 17 alcaldes desde Guillermo Paniza hasta el hoy alcalde Pedrito Pereira, vi en dos ocasiones elegir a Nicolás Curi y hoy a pesar del «desarrollo» que ha tenido la ciudad y que en casi 24 que llevo viviendo en Cartagena he visto, noto la ciudad con otra expectativa, con otras opciones y sobre todo con mejores ganas; espero no haberme equivocado en mi apreciación ya que el nuevo burgomaestre a pesar de no tener experiencia política administrativa tiene un «Good Will» de alta alcurnia, ha sido de los pocos que con carácter y pruebas demostrables ha hecho denuncias que han llevado a grandes «destapes» y que no han sido desconocidas por los entes de control…
Hoy espero que nuestro interés común que es el salir del limbo jurídico, administrativo y de dirección que tiene nuestra hermosa Cartagena termine y que si no seamos la mejor ciudad del mundo, por lo menos comencemos a ser la mejor de Colombia, que inicien los periodos de continuidad administrativa, para que los proyectos que hoy se planteen a nivel del palacio de la aduana se mantengan por lo menos en los próximos cinco mandatos (20 años), cojamos ejemplo y como dice el viejo adagio, «SI LAS COSAS ESTÁN BIEN HECHAS, CÓPIALAS Y REPLÍCALAS»; hoy tengo esperanza que el nuevo alcalde sea ejecutivo y de decisiones, que el pueblo comience a tener más pro actividad, oportunidad y que la esperanza de los mega proyectos sean de beneficio comunitario, que las decisiones no se den a esperar y que al existir la corrupción que él tanto ha atacado la combata «LANZA EN RISTRE», ojalás y al término de su primer año muestre acciones y números que nos hagan decir, «ACERTAMOS»
Deseo éxitos, prosperidad y bienaventuranzas al nuevo burgomaestre y que en lo posible acoja el clamor común de la ciudadanía en pro y por el bien de la misma, que no se deje «invadir» de la clase politiquera, corrupta y retorcida que por años ha desangrado el hermoso corralito de piedra y el departamento en general.
Éxitos señor alcalde!!!