Por Juan Diego Perdomo Alaba *
Siete gobernadores firmaron este jueves en Barranquilla el documento que constituye la Región Administrativa y de Planificación del Caribe (RAP Caribe). Ver abecé: http://bit.ly/2xRPeks
Pero ojo: lo celebrado es un punto de partida más no de llegada en este interesante proceso de integración regional que lleva más de siete años en concretarse, y que está avalado por la Constitución del 91 y la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial (LOOT) de 2011. Ayer se aprobó entonces la RAP Caribe que es diferente a la Región como Entidad Territorial (RET), que sí requiere un gobierno regional con gobernador y asamblea, es decir, es un ente territorial con autonomía administrativa y financiera. La LOOT prohíbe que las RAP manejen recursos, por eso lo pactado es solo un paso político e institucional importante que permita hacer tránsito hacia la RET, que sí le da al Caribe una verdadera autonomía regional, necesaria por demás, tal como lo visionó el sociólogo Orlando Fals Borda en sus ensayos sobre descentralización, regionalización y ordenamiento territorial. Para ello deben pasar un par de años y se deben surtir unos trámites en el Congreso para luego someterla a una consulta y así refrendar el proceso y darle legitimidad popular. La ciudadanía decidirá en últimas su conformación.
Estoy de acuerdo con el gobernador Dumek Turbay en que el pecado histórico de Colombia ha sido su excesivo centralismo. Asfixiante, casi perverso y permisivo. En efecto, ya no somos un estado – nación sino un país de regiones, y debemos avanzar hacia un nuevo modelo de organización territorial que corrija las desigualdades interregionales. Pero resulta que aquí mismo padecemos el centralismo regional y me temo que Barranquilla sea la Bogotá del RAP Caribe. Ojalá no pase como con Telecaribe que resulta a veces ser muy Telebarranquilla…
Por otra parte, el documento RAP Caribe es plano y etéreo. Carece de diagnóstico territorial y rigurosidad técnica. Muy simplón. Supone unos retos interesantes pero no fija estrategias. Hace énfasis en Bolívar, Atlántico y Magdalena. A La Guajira, que es el departamento que mayor resago sufre, poco la integra. San Andrés no deja de ser un territorio paria que solo miramos cuando le roban una porción de mar. De hecho, firmó la RAP en calidad de testigo porque el Instituto Geográfico Agustín Codazzi se negaba a certificar sus límites, ¡hágame el favor!
El tema demanda una discusión regional y nacional ampliada con la participación activa de todos los sectores sociales, ciudadanía, medios de comunicación, la academia y el empresariado. Urge hacer una juiciosa pero incisiva pedagogía sobre el particular, pues del RAP se sabe poco; del trap se sabe más.
Por otro lado, coincido con otras voces favorables al RAP en que las decisiones que se toman sobre el desarrollo de nuestra Región Caribe debemos pensarlas, concertarlas y tomarlas en el Caribe y no desde las frías y lóbregas oficinas de Planeación Nacional en Bogotá, y a capricho de quienes ni siquiera saben dónde queda Uribia, Plato, San Cristóbal, Suan, La Mina, San Onofre, Tierralta o El Cove.
Pero la preocupación más importante frente al RAP Caribe, sus retos y el tránsito natural a esa responsabilidad histórica que reviste la constitución de la RET -y asumo que es la de muchos-, es nuestra clase política tradicional corrupta y la evidente debilidad administrativa de la mayoría de municipios, distritos y algunos departamentos. Carecemos de madurez política para una empresa tan grande. Bogotá justifica su proceder mezquino con las regiones por miedo a que se «roben las transferencias», como efectivamente pasa; no obstante, ya lo dijo la directora de la Silla Caribe, Laura Ardila: «Las prácticas de la clase política tradicional son las mismas en Bogotá o en el Caribe. Y el centralismo hay que romperlo más allá de ellas». La estructura clientelar enquistada en los departamentos puede echar al traste el proceso, ojalá me equivoque. Al respecto, suscribo el comentario que con acierto hizo en su cuenta de Twitter el buen dirigente barranquillero Samuel Azout: «El primer objetivo de la RAP debe ser eliminar la corrupción y la politiquería de la Región Caribe. Causa fundamental de nuestro atraso».
Hay dos departamentos con modelos de gobierno serios y bien estructurados llamados a jalonar y llevar a buen puerto este ambicioso proyecto: Bolívar y Atlántico. Esperamos que no defrauden. Dudo, por ejemplo, que el hermano de Musa en Córdoba o que la tía del ‘Mello’ Cotes en el Magdalena puedan acompañarlo y respaldarlo con acierto y buen criterio.
ADENDA: Hay que civilizar la protesta social sin acudir a la violencia, pero rechazo la estigmatización y descalificación constante que padece la Universidad pública. De terroristas, vándalos, delincuentes, mamertos, desadaptados y vagos, no los bajaron algunos tuiteros pro-charistas en Barranquilla. Acaso qué quieren, ¿borreguitos y masas amorfas sin conciencia crítica? ¡Jamás y nunca! Muchachos: que el argumento sea el arma y el filo la palabra, ¡adelante!
* Comunicador Social – Periodista de la Universidad de Cartagena
Arturo llamas
Acertada y muy didáctica la columna de Juan Diego perdono pero considero oportuna la protesta de los estudiantes pero deben hacerla dentro del respeto es una salida en falso de verano de la rosa hacer este acto sin proveer que los estudiantes podían tener un plan trazado ojala se trace un plan para llegar a la etapa de la consolidación del caribe como región que es la RET
Tomás J. Ojeda
Y quien vigilará la actuación de esta REGIONES AUTONOMAS, No me diga que la contraloría que es inclemente con la corrupción. De uando acá van a cambiar los políticos de conducta? Los políticos que han creado un sistema de desigualdad? Los creadores de esta RAP son políticos corruptos, visionarios, astutos, correteados, y representan la clase dirigente que ha expoliado esta región, que después de haber hecho un largo recorrido por la carrera política, sin que se les compruebe una solo acto ilícito, llegan a gobernadores y se visten de blanco. Hoy son limpios y puros como la virgen todo amor todo candor.
El problema del hambre, la miseria y el atraso que se vive en la costa Atlántica no puede resolverse jamás dentro del marco actual del sistema de corrupción imperante, que lo representan estos gobernadores. El temor que nos asiste a muchos desde la academia y sectores.
El objeto más peligroso, que encarna de manera escondida, es la capacidad de negociar, con el gobierno de Estados Unidos y las corporaciones invasoras, tratados y acuerdos en contra de un presidente elegido popularmente, pero con el rechazo de las minorías de la capital, ahí es donde se verá el verdadero poder de estos caciques regionales enfrentando a un presidente que no es de sus afectos. Guardo mis reservas y nos mostraran como si fuesen grandes prodigios, hacer una vía terciaria o perforar un pozo para agua salobre, vestidos de blanco con gran despliegue de la prensa y los equipos de Televisión nacional y regional, papayera y ron. Pero eso lo hace cualquier inspector de policía. Ya que la mente humana es sumamente hábil en el autoengaño, los medios de comunicación dominantes perseveran precisamente en engañar nuestras mentes en todo momento para persuadirnos y hacernos cómplices de la corrupción y la tiranía.