Por Juan Diego Perdomo Alaba *
Las Tertualias del periódico barranquillero El Heraldo llegaron a Cartagena y como es usual en estos foros elitistas sobre temas de ciudad, invitaron a unos cuantos que resultan ser los mismos de siempre y a los gremios económicos locales como si de ellos dependiera única y exclusivamente salir del atolladero en el que estamos. Craso error… Estuvo también don Juan Gossaín, el mismo que pudiendo hacer mucho y que lastimosamente poco aporta, dijo que «la única manera de llegar a buenos candidatos es con buenos ciudadanos». Buena esa, don Juan.
Pero, ¿cómo hacemos ese ejercicio en #Cartagena?, ¿cómo reducir en la Cartagena gastrocrática (mayorías) la perversa lógica clientelar de la dádiva, la coima, la OPS y el voto comprado?
Se me ocurre un decálogo para que botemos corriente y lo llevemos a un escenario real a través de un gobierno SOCIAL de transición en Cartagena.
1. Empoderamiento ciudadano ampliado. Cartagena necesita emprender procesos de cultura, formación y educación ciudadana. Requiere de una ciudadanía participativa y el Distrito debe propiciar esos encuentros de concertación puesto que la democracia participativa llega más allá del voto.
2. Instituciones fuertes, capaces y legítimas por un lado, y construcción de confianza ciudadana, por el otro. Construir una institucionalidad autónoma de la fuerzas económicas y politiqueras. Firmar un pacto por la transparencia y la gobernabilidad de Cartagena. Y quienes la tienen secuestrada, que se unan a esa causa común. Ellos saben quiénes son.
3. La corbata es una práctica clientelar que debilita la institucionalidad y rompe con los procesos de gestión pública. Para avanzar, en el gobierno deben estar los MEJORES pero a través de procesos meritocráticos. Y no, no es romántico: en Antioquia funciona. La OPS es una forma casi que institucionalizada de corrupción. Cumple tres propósitos: pagar favores electorales, sacar ganancias cobrándole comisión al contratista y asegurar votos para próximos comicios.
4. Romper con el círculo vicioso del clientelismo local. Se consigue quitándole poder burocrático y presupuestal (mermelada) al Concejo a través cabildos abiertos de presupuesto participativo acorde al Plan de desarrollo donde sean las comunidades directamente y no el concejal ni el edil (pero con su concurso) quienes prioricen y definan en qué se invierten los recursos. Y ojo: no es dar la plata sino planificar en qué se va a invertir. Focalización del gasto público.
5. Las Secretarías y entes descentralizados del Distrito deben dejar de ser feudos perennes de los concejales de turno (algunos a perpetuidad o por interpuesta persona); no confundir ser coadministrador con ser copropietario. El exceso de politización debilita la capacidad institucional. Por eso los indicadores sectoriales del Distrito son tan mediocres y la ciudad no avanza.
6. Las Administraciones de turno deben pensar a Cartagena como el gobierno de la ciudad y no detentarla desde la perspectiva leonina de una agencia de negocios que favorezca y enriquezca a terceros privados. Aquí es importante el control social y unas ías verdaderamente autónomas que ejerzan su función y no la histórica: perseguir o absolver; promover la corrupción.
7. Fortalecer los Consejos Locales de Planeación y las instancias comuneras, no con OPS sino con la dignificación de sus espacios de deliberación. Formación, capacitación y educación ciudadana.
8. Comunicación pública y rendición de cuentas. La comunicación con la ciudadanía debe ser constante, fluida y deliberativa. Ampliada y multiplataforma. Propiciar ejercicios de encuentro y construcción colectiva para ir de a poco rescatando la confianza con la gente. Fortalecer los canales de interacción ciudadana. Alocuciones periódicas multimediales que permitan interacción del gobernante con el ciudadano es una manera dinámica de crear lazos de confianza y, de paso, rendir cuentas parciales de las acciones de gobierno.
9. Mauricio García Villegas, en su libro La libertad del orden, explica que para lograr cultura y confianza cuidadana hay que construir una «gran clase media», algo que por supuesto requiere de tiempo y muchísimo esfuerzo. Cartagena es una ciudad segmentada, jerarquizada donde unos lo tienen todo y otros nada. Ricos y pobres jamás coinciden, ni siquiera en el Transcaribe y mucho menos en elecciones; los primeros no votan y los segundos venden el voto. «Solo se ven como patrones y subordinados». ¿Muy neocolonial, verdad? Pues eso, queridos lectores, hay que modificarlo.
10. Toda la carreta que les acabo de echar ya está inventada en los principios de Buen Gobierno; toca aplicarlos: transparencia y rendición de cuentas; gestión pública efectiva; participación y servicio al ciudadano; vocación por el servicio público, y estrategias de lucha contra la corrupción. Simple: gobiernos fuertes, modernos e inteligentes + Ciudadanía activa, empoderada y participativa = desarrollo.
* Comunicador Social – Periodista de la Universidad de Cartagena
Gustavo Alzamora Perez
Toda esa carreta, como lo dices, siempre la hemos tenido, lo que hay es que aplicarla bien con el buen ciudadano, la etica, la moral, los buenos valores y la conciencia y cultura ciudadana, con buen sentido de pertenencia, estoy muy de acuerdo en tus aciertos y buena visión y perspectiva, hay que concientizar los buenos gobiernos, con autoridad y sentido social, para ser incluyente con todos y ser participativos, con buena comunicación.
Roberto Viana Guerrero
Estoy identificado con Juan Diego en la tarea de construir una alternativa ciudadana a la septisemia imperante que tiene en coma el organismo social.
La podredumbre toco fondo y hay que restaurar el organismo social.
Hay que despertar el liderazgo comunitario sano y activar el interes ciudadano por la participacion en un cambio de actores con un nuevo guion social
Martha Arrieta
Tenemos que derribar La Cleptocracia, estado comandado por ladrones anquilosados en el podido
Camilo
Esto no lo cambia ni mandrake (el mago), está demostrado en estudios de universidades como la de Zirich (Suiza) que concluyen «El comportamiento del 90% de los Cartageneros es tendiente a la vida licenciosa y de pensamiento disoluto,por tener la influencia esclavista, actuan así por tener la sangre encadenada todavía y esto la diferencia de otras ciudades o regiones.
Felipe Alfonso Vergara Martínez
Juan Diego lo que tú planteas lo dijimos hace más de Diez años mi amigo Danilo Contreras y el suscrito y planteamos crear un grupo de ciudadanos libres e independientes que nos duele nuestra ciudad estoy de acuerdo con tus planteamientos vamos a hacer un Pacto por Cartagena te invito a construir ciudad