Por estos días leí la declaración de un par de veteranos concejales de la ciudad. Lo hice con estoicismo pues cuando lo hago una desazón se apodera de mí. Esta no fue la excepción.
Al parecer los ediles retomaban sus labores luego de los escándalos de las últimas semanas y consideraron menester lanzar un mensaje edificante. El anuncio no podía ser más estimulante: “La ciudad no puede detener su dinámica”, y agregaron que era el momento de “repensar el ejercicio político”.
Siendo el menos autorizado entre mis conciudadanos me he atrevido a contradecir las reflexiones de estos importantes señores, no sin antes destacar cierta actitud menos arrogante que la que acostumbran. Dicen algunos que el que peca y reza, empata, de modo que estaría mal de mi parte no destacar la mencionada contrición. Bueno, digo que cometo la osadía de contradecirlos por dos razones que intentaré resumir.
En primer lugar creo que sí es menester parar la dinámica actual de la ciudad. Estoy convencido de que sí hay que cambiar la dinámica de la cual estos y otros servidores públicos han sido destacados protagonistas. Es claro que no hemos llegado al actual estado de postración por obra y gracia del azar, no; ha sido el desdén y la mezquindad de nuestra dirigencia, no solo política -pues acá todos deberíamos hacer un mea culpa – la que nos ha traído a esta encrucijada de desgobierno y latrocinio.
No cabe duda de que tenemos que cambiar pues quienes han detentado los cargos no han ofrecido las respuestas que los retos de la modernidad le presentan a Cartagena. Dicen que van a retomar los temas del P.O.T. y sobre esa perorata han estado por años sin que hubiesen sido capaces de ajustar dicho instrumento, lo cual era menester desde el 1 de enero de 2016 fecha en la cual quedaron “vencidos todos los componentes del P.O.T.”, según el actual secretario de Planeación.
Nos dicen que retomarán con enjundia la discusión y puesta en marcha del Plan Maestro de Drenajes Pluviales -llamado ahora Plan Maestro de Alcantarillado Pluvia – cuando la discusión del esquema de implementación de este importante proyecto pasó sin mayores cuestionamientos por la corporación edilicia que no paró en mientes en el hecho de entregar una obra tan importante para la ciudad a una entidad como Edurbe, cuestionada como la que más entre las dependencias del Distrito. En esa oportunidad autorizaron la cesión de rentas del Sistema General de Participaciones por más de 15 años, lo que equivale, según cuentas gruesas, a $300 mil millones. Todo lo anterior sin que el proyecto contara con diseños en fase 3, según lo confesara la administración en el documento de exposición de motivos. Diseños en fase 3 que son los únicos que permiten establecer costos reales. ¿De donde sacaron entonces esas cuentas?
Finalmente -y de manera comedida, no faltaba más – me atrevo a sugerir a los cavilosos concejales que si acaso se aplican de verdad a “repensar el ejercicio político” no omitan ventilar también la posibilidad de abandonar dicha actividad. Quizás eso podría ayudar a que cesen algunos escándalos.
* Abogado especialista en Derecho Administrativo y candidato a Maestría en Derecho con énfasis en Derecho Público.