Así como estuvo extraviada por un tiempo la réplica de la espada de Blas de Lezo que fue conferida al pueblo cartagenero por parte de una asociación cultural española, otra más podría estar en el lugar equivocado, muy posiblemente otro cuarto de San Alejo. Además, hay serias dudas sobre los reales merecimientos que otro de los homenajeados tuvo para recibir el tributo.
Como se recordará, tal como informamos en la nota ‘Devolución de una réplica de la espada de Blas de Lezo, más allá de memes y titulares…’, el jueves 16 de octubre de 2014, en España, durante la ceremonia de entrega de unos premios conferidos por la Asociación Cultural Blas de Lezo, se entregaron cuatro réplicas de la espada del almirante español: una a la Armada ibérica, otra al pueblo colombiano, una más al pueblo de Cartagena de Indias y una cuarta al excongresista colombiano Pablo Victoria. La conferida a la Armada Española fue recibida por un alto oficial de la marina hispana; el galardón al pueblo colombiano lo recibió una funcionaria de la Embajada de Colombia en España; el tributo a los cartageneros fue entregado al entonces secretario General de la Alcaldía de la Ciudad Heroica, Carlos Coronado Yances; y la réplica a Pablo Victoria fue recibida por este mismo.
No obstante, habrían de realizarse dos ceremonias más, ya que las espadas de los colombianos y los cartageneros, por diferentes motivos, fueron dejadas en custodia en la sede del colectivo que las confirió. Como ya se dijo, a principios de 2015 el propio alcalde de Cartagena, Dionisio Vélez Trujillo, recibió en España la de los cartageneros, y a principios de 2016 el presidente del Senado, Luis Fernando Velasco, haría lo propio con la de los colombianos en el Capitolio Nacional, en Bogotá.
Pues el hecho es que, por un lado, de acuerdo con fuentes estrictamente confidenciales, no se sabe a ciencia cierta dónde reposa la réplica de la espada entregada al pueblo colombiano; al menos, no se ha encontrado en un lugar de fácil acceso a todo público como fue dispuesto por los otorgantes.
Y, por el otro, y más grave aún: en el caso del homenaje rendido al exparlamentario colombiano Pablo Victoria, hoy se tiene claro que en su libro ‘El día que España venció a Inglaterra’ hay serios indicios de ser -en gran medida – copia de una obra del escritor y académico Gonzalo Quintero Saravia, miembro de la Academia de Historia de Colombia. De hecho, los errores cometidos en la primera edición del libro de Quintero se repiten sospechosamente en el de Victoria y, en todo caso, según habría después de descubrirse, el libro de este es más una novela, por su falta de rigor histórico, que un ensayo o un texto académico.
En el portal de internet de la Asociación Cultural Blas de Lezo no se hace referencia al libro ‘El día que España venció a Inglaterra’, cuya publicación le mereció el tributo a Pablo Victoria, pero sí, y de forma destacada, a la obra ‘Don Blas de Lezo, biografía de un marino español’, de Gonzalo Quintero Saravia. Se trata -dicen – «del primer libro contemporáneo sobre Blas de Lezo (…) cuyo autor (…) es la fuente directa o indirecta de todo lo que se ha publicado desde la citada fecha sobre don Blas y el asedio a Cartagena de Indias en 1741».
Sobre este caso, en entrevista exclusiva con Revista Metro, el secretario general de la Asociación Cultural Blas de Lezo, Pablo Ramírez Zubicaray, señaló que, «cuando se da el premio a Pablo Victoria es por hacer una obra que ayudó en la memoria colectiva de los españoles a recordar a Blas de Lezo; fue un libro que, en ese momento, significó un antes y un después en la recuperación por parte de la memoria de país de la figura de Blas de Lezo». No obstante, habría de descubrirse después que «el libro tiene errores, al menos los lapsus propios de una novela, una novela cuya fuente de información fue un ensayo histórico que también contiene errores».
Para el historiador español, quien permanece por estos días en el Corralito de Piedra al frente de la exposición ‘Blas de Lezo y la defensa de Cartagena de Indias’, que se lleva a cabo en el convento de Santo Domingo desde el 12 de octubre hasta el 27 de noviembre, Pablo Victoria «pudo haber investigado un poco más. Al tratarse de una novela, puede tener sus bondades, sus licencias, y reflejar aquello que le parezca más interesante para el lector, pero yo personalmente pienso que, para estos casos, es mejor escribir ensayos que novelas, ya que con estas el lector podría creer que está leyendo un hecho real, un hecho histórico, y no necesariamente es así».
Y con respecto a la réplica entregada a principios de este año al presidente del Senado del momento, Ramírez Zubicaray manifestó que «no sabemos absolutamente nada de esa espada; la entregamos en marzo de 2016, y se nos dijo que sería expuesta en un lugar visible, un lugar público, donde pudiera ser vista por todos los colombianos, pero no hemos sabido nada».
«A Don Jaime Rendón no le hemos conferido una espada ni es miembro honorario nuestro»
Sobre una pregunta que ha formulado varias veces en los últimos días, a través de las redes sociales, el excandidato al Concejo de Cartagena Jaime Rendón, sobre el destino de la espada que supuestamente a él también le sería entregada, el secretario de la Asociación Cultural Blas de Lezo, Pablo Ramírez Zubicaray, manifestó que con el ingeniero colombiano, cuyo nombre fue noticia por su acto con respecto a la placa que ordenó instalar el exalcalde Dionisio Vélez al pie de la estatua de Blas de Lezo por solicitud de la Corporación Centro Histórico, «hubo un acercamiento con él, para conocerle, pero no hubo ni otorgamiento de ningún premio ni nombramiento como socio de honor; eso se descartó porque no nos pareció que era el momento apropiado ni porque creyéramos que la persona en sí, a quien hasta ese momento no conocíamos personalmente, tuviera los méritos para ello. No sé si el señor Rendón habrá interpretado erróneamente las palabras de algunos de nuestros socios, cuanso le expresamos nuestro aprecio por haber destruido la placa (en honor a los invasores ingleses), pero no hubo ningún premio, ni mención de honor, ni mucho menos nombramiento como socio honorario».
Sobre la colocación de una placa a pocos pasos de la estatua de Blas de Lezo, frente al Castillo de San Felipe de Barajas, en honor a los ingleses fallecidos en el intento de toma a Cartagena por parte del almirante Edward Vernon, el historiador Ramírez Zubicaray expresó que «fue un incidente lamentable; yo leí el texto de la placa famosa en la que se rendía tributo en forma unilateral a los ingleses, cosa que nunca entendí; fue como poner en Londres una placa a la Luftwaffe por haber bombardeado la ciudad; fue un completo absurdo. Escuché por parte de los promotores de la idea sus explicaciones y no me convencieron en absoluto. Era, por lo visto, un negocio comercial, para favorecer los cruceros ingleses, y yo creo que promover la economía está bien, pero también creo que la dignidad de un pueblo está por encima de los intereses económicos».
Contexto:
Gonzalo M. Quintero Saravia
Estimados Sres.,
Soy el autor del libro sobre Blas de Lezo que mencionan en su artículo y me gustaría mucho poder contactar con ustedes para, en primer lugar, agradecerles sus amables palabras, y, en segundo, para ponerme a su disposición para cualquier información que les fuera de su interés.
Atte.,
Dr. Gonzalo M. Quintero Saravia
Carlos Ardila
Con mucho gusto, Dr. Quintero. El correo electrónico personal del director (Carlos Ardila González) es cardilared@gmail.com, para cualquier información que desee hacerle llegar. Si desea que publiquemos alguna declaración suya, en cualquier sentido, que tenga relación con notas que hemos publicado, o temas que puedan ser de interés de los habitantes de Cartagena de Indias o del Departamento de Bolívar, con muchísimo gusto la publicaremos. Toda noticia relacionada con temas locales es bienvenida, particularmente si proviene de una persona con tam ampios reconocimientos como usted. Cordial saludo.