El acceso a la Educación Superior es, sin duda, un mecanismo eficiente para la movilidad social, sin embargo, algunos autores consideran que, paradójicamente, el sistema lleva implícitos mecanismos que reproducen la desigualdad.
En un interesante informe publicado por Semana, titulado ‘Los riesgos de Ser Pilo Paga’, se lee que “en Colombia se gradúan de educación media, en promedio, 550.000 estudiantes. De ellos el 93% pertenecen a los estratos 1, 2 y 3. Por tanto, 480.000 estudiantes necesitan apoyo estatal para poder continuar sus estudios. El programa Ser Pilo Paga financia 10.000. ¿Qué pasa con los otros 470.000?. Son estudiantes cuyos sueños se truncan por completo cada año porque el Estado ha decidido invertir sus recursos exclusivamente en el 2% de la población”.
Más adelante el documento señala que “los estimativos de los investigadores Gómez y Asmar son que, para 2018, los recursos girados al programa Ser Pilo Paga serán los mismos que reciben por transferencias las 32 universidades públicas nacionales y regionales. Es decir que el Estado invertirá para 2018 la misma cantidad de dinero en los 10.000 ‘pilos’ que en los 655.000 estudiantes de todas las universidades públicas del país”. Los autores se preguntan si esto es justo y conveniente.
En este contexto cobra relevancia el documento por virtud del cual el gobernador de Bolívar, Dumek Turbay Paz, se compromete con la Universidad de Cartagena para el pago de una deuda de $120 mil millones correspondiente a 18 años de incumplimientos en el depósito de estos recursos, luego del ingreso del Departamento a la Ley 550.
Al celebrar el convenio, el rector Édgar Parra Chacón expresó que los recursos que se reciban del acuerdo garantizarán la sostenibilidad financiera de la Universidad de Cartagena y permitirán adelantar proyectos y procesos derivados de su misión y funciones.
Es preciso resaltar un proyecto en particular que parece tomar fuerza a partir del acuerdo de pago referido: la creación de la Universidad de la Paz en Montes de María, en el cual ya trabajan de forma conjunta Universidad y Gobernación. Nada más pertinente que la efectiva vinculación del alma mater departamental a esta región que se recupera consistentemente de los estragos de una violencia feroz y prolongada.
Esa va a ser una gran oportunidad para fortalecer, por ejemplo, el desarrollo rural de la subregión, para lo cual se precisará la formación de jóvenes profesionales de la zona en programas que recuperen y adelanten innovaciones científicas y tecnológicas en la agricultura montemariana. En notas anteriores he mencionado el modelo de Holanda, considerado el segundo país exportador de alimentos en el mundo después de Estados Unidos, cuya producción agropecuaria encuentra cimiento en la alianza virtuosa de la Academia, el Estado y los empresarios del campo.
El gobernador Turbay, egresado de la Universidad de Cartagena, cerró el acto con una frase que retrata su compromiso y vocación por los resultados: “Llevo a la Universidad en el corazón y en la chequera”.
* Abogado especialista en Derecho Administrativo y candidato a Maestría en Derecho con énfasis en Derecho Público.
Contexto:
– A estos datos nos enfrentamos
– La cuota inicial de un nuevo problema